domingo, 27 de septiembre de 2015

Zahi Hawass, egiptólogo.

Este hombre nació en Damieta en 1947. Su aspiración era convertirse en abogado, pero estudió arqueología en la Universidad de Alejandría e ingresó en el Servicio de Antigüedades en 1968. Sin embargo, nada más terminar sus estudios se sintió tentado por la carrera diplomática, pero no consiguió un puesto, porque suspendió el éxamen oral.
Fue tras ese fracaso, cuando sintió que su lugar eran las excavaciones. Descubrió una hermosa estatua en el Delta y sintió un vínculo con los hombres que la habían tallado.
Primero fue responsable de las excavaciones en el Delta y en los oasis occidentales, y más tarde estuvo a cargo de los trabajos en la meseta de Gizeh. Hizo excavaciones en las ruinas del campamento de los obreros de la Pirámide de Keops, así como de las mástabas cercanas.
Nombrado director del Consejo de Antigüedades egipcio, y a partir de 2011, Ministro de Antigüedades, que es el mismo cargo, pero tras unas reformas administrativas, dimitió durante la Primavera Árabe, a causa de unos desencuentros con los nuevos amos del país sobre la nula protección que había recibido el nuevo Museo Egipcio durante los disturbios. Se le presionó para que aceptase el puesto por segunda vez, y en la segunda vez, sí, fue cesado por la Administración por un pleito sobre la catalogación de unos terrenos.
En el plano profesional, su contribución a la arqueología es el hallazgo de la momia de Hatshepsub, una de las escasas mujeres que han gobernado Egipto.
La identificaron gracias a una muela encontrada en un vaso canope. Hatshepsub estaba gorda y sufria osteoporosis a los 60 años, época en la que falleció. Hubo cierta confusión con la momia de una nodriza real, ya que esta estaba en mejor estado y disponía de un sarcófago propio.
Gran comunicador y divulgador, Hawass es famoso por reclamar los tesoros expoliados por las potencias europeas durante la época de Protectorado de Egipto, a principios del siglo XX, entre las que dastacan el busto de Nefertiti, sacado de Egipto por un arqueológo alemán llamado Burkhardt; el techo del Templo de Dendera con las ilustraciones del Zodiaco; y la piedra Rosetta, un decreto de la época ptolemaica, que sirvió al francés Champollion para descifrar los jeroglíficos, en competición con el británico Young.

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