sábado, 24 de octubre de 2015

Yuder Pachá, el renegado español que conquistó Mali.

Al Mansur, sultán de Marruecos, quería expandir sus dominios en la zona del Sahel, al sur del Sáhara. Y para ello reunió un ejérito de renegados moriscos y prisioneros españoles,armados con arcabuces. Los comandaba un renegado llamado Yuder Pacá, apodado "Masayna", porque gritaba a los encargados de las piezas de artillería "Más ayna, más ayna" Más de prisa, más de prisa.
Estamos en 1590. Si retrocedemos un par de décadas, vemos que corren buenos tiempos para los marroquíes porque en 1578 desbarataron una expedición portuguesa, dirigida por el joven rey de Portugal, Sebastián, en la batalla de Alcazarquivir. Los portugueses lamentaron la desaparición del monarca en esa batalla, porque puso su país y sus posesiones a disposición de Felipe II, rey de España. Y Felipe II y sus servicios de espionaje se hartaron de desenmascarar impostores aspirantes al trono luso. Se dice, infundadamente, que el renegado español Yudel Pachá ya estaba presente en Alcazarquivir, cuando probablemente ni siquiera era un niño capaz de entender los horrores de la guerra.
Pero, ¿quién era este personaje? Yuder Pachá se llamaba realmente Diego de Guevara y Mendoza. Era un morisco nacido en Granada en 1562, obligado a dejar su región tras la revuelta de las Alpujarras (1568-1571), trasladándose primero a Castilla, y posteriormente a Cuevas de Almanzora, en Almería.
Son tiempos de animosidad entre cristianos viejos y moriscos, de represión eclesiástica, y de ataques piratas de pretendidos amigos berberiscos.
A finales de noviembre de 1573, entre 400 y 600 de estos piratas desembarcan en Mesa Roldán, en la costa almeriense. Atacan las pobaciones de Cabrera, Teresa, Bédar y Cuevas de Almanzora. Quemaron casas y tomaron 250 cautivos entre mujeres y niños. Uno de estos era Diego.
El líder de la expedición es un reconocido pirata berberisco llamado Al- Dugali. Vendió a Diego al sultán Abdallah como eunuco. Con el tiempo sería rebautizado con el nombre de Yuder Pacha, nombrado caid de Marraquech, y pachá.
En 1590, Dugali había muerto por participar en un complot contra el nuevo sultán, Al Mansur. Yuder Pachá recibe la misión de comandar un ejército de renegados españoles y moriscos expatriados contra el rey del país de Songhay, y extender los territorios marroquíes hasta el delta del Níger.
Yuder Pachá no tenía hasta ese momento, según Baltasar Polo, espía de Felipe II en Marruecos, experiencia militar ninguna. Sólo había mandado tropas cuando había sido menester recaudar tributos, pero Al Mansur creyó que contra un enemigo inferior como los negros de Mali era más que suficiente.
Las tropas que cruzaron en Sáhara y se internaron en el Sahel sumaban 4000 hombres, de los que sólo 1500 eran árabes. 1000 arcabuceros renegados, 1000 anadalusíes, 500 jinetes, 70 mercenarios cristianos, 6 cañones, 10 morteros que arrojaban proyectiles de piedra, 2000 asistentes de intendencia y 8000 camellos y caballos.
El 28 de efebrero de 1591 las huestes de Yuder Pachá llegan al reino de Songhay, tras una travesía de 2.400 kilómetros por las arenas del desierto El rey de Niger, Ishak II, quiere evitar la batalla, así que ofrece a Almanzor 100.000 piezas de oro y 1000 esclavos. Pero eso no impide que el mermado ejército de Yuder Pachá tome Gao.
La batalla enfrenta a los renegados españoles contra 21.000 guerreros. Pese a la superioridad numérica, los negros de Mali son aplastados por la superioridad tecnológica que implican los arcabuces y la artillería. Y eso a pesar de que la malaria y otras enfermedades tropicales están empezando a hacer mella entre los marroquíes.
Otro problema del que Yuder Pachá informa a Al Mansur es que en Mali y Níger no existen las riquezas con las que el gobernante de Marruecos soñaba. Este monta en cólera y manda a un segundo pachá, Mahmud Ben Zargún, a revelarle. Yuder Pachá pasa a ser el segundo oficial de la expedición.
A pesar de que los dos comandantes consiguen una segunda victoria en Bamba, los guerreros negros de Niger recurren a la guerra de guerrillas y a las revueltas entre los civiles. Las armas de fuego ya no son un factor de ventaja.
Zargún muere en 1595. Al Mansur envía un tercer pachá para sustituirle, Adderrahane, pero los dos hombres chocan y se estorban continuamente. El sultán de Marruecos decide que Abderrahane se encargue de los asuntos militares y Yuder Pachá de la administración. Abderrahane muere en extrañas circunstancias. Entre los invasores se rumorea que ha sido envenenado por un eunuco renegado. Yuder Pachá vuelve a tener el control.
Pero las intrigas hacen que el renegado español tenga que auxiliar al sultán en Marraquech,  donde regresa con ricos presentes y oro para él. Allí vivirá, en una opulencia elativamente tranquila, hasta su muerte en 1605.

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