viernes, 4 de noviembre de 2016

El Mars, el barco que revolucionó la guerra en alta mar.

El Mars, un galeón de guerra de la Flota sueca del siglo XVI, apareció el 26 de mayo de 2011, a  15 millas marítimas al norte de la isla sueca de Oland. Fue el velero de mayor eslora, de mayor puntal, mejor pertrechado, con una tripulación de 700 hombres. Una explosión lo hundió el 31 de mayo de 1564 tras una batalla naval de dos días de duración contra la flota de guerra de la ciudad de la liga de Hansa Lübeck.
La guerra nórdica de los Siete Años (también conocida como la Guerra de las Tres Coronas), librada entre 1563 y 1570 enfrento al rey sueco Erik XIV con el rey Federico II de Dinamarca y la ciudad de Lübeck. El casus belli era que el rey danés todavía ostentaba en su blasón real la tres coronas suecas, cuando en realidad Suecia se había independizado en 1521, con la coronación de Gustavo I Vasa. En realidad Suecia quería arrebatar a los marinos y armadores daneses el monopolio sobre las rutas comerciales con los puertos rusos. Lübeck tenía buenas relaciones con los armadores suecos pero temió las consecuencias de un cambio de alianzas que la perjudicasen si los Vasa se volvían una potencia marítima regional.
Las ciudades de la liga hanseática vivían un periodo de decadencia, descolocadas por el final de la eficacia de los métodos y alianzas comerciales que habían servido perfectamente a lo largo de la Edad Media, y que ahora resultaban caducas.
La Hansa había surgido en el siglo XII como una liga de ciudades portuarias que se organizaron para exportar sal, el petróleo medieval, y trocarlo por materias primas rusas e inglesas.
En el siglo XIV, la Liga tenía 170 ciudades asociadas. Cuando Lübeck, la ciudad líder de la Liga apoyó a Dinamarca en 1563 y perdió la Guerra de las Tres Coronas empezó su declive definitivo.
El ganador de la lucha y armador personal del Mars fue Erik XIV, un rey que aprovechó la reforma protestante para expropiar propiedades de la Iglesia Católica. Con las campanas construyó cañones para sus barcos. Taló los robles de bosques enteros, con los que construyó una flota poderosa. Sabía que el futuro de Europa estaba en el mar, aunque el Báltico fuese un escenario menor frente al Mediterráneo o el Caribe. Estaba tan seguro de sí mismo que pidió la mano de Isabel I Tudor, idea que también tuvo el zar Iván el Terrible. Los dos fueron rechazados. Una segunda intentona con María Estuardo, la reina de Escocia también fracasó.
Gustavo I Vasa, su progenitor, había liberado a los siervos de la gleba, expropiado a los nobles y a los clérigos y creado el primer ejército permanente. Fue revolucionario en la guerra naval porque se apoyó en la potencia de los cañones en lugar de buscar blancos para los arcabuces y oportunidades de abordaje y lucha cuerpo a cuerpo.
El casco del Mars estaba construido con madera de roble, cuya curvatura y crecimiento debían coincidir con las exigencias del carpintero de ribera. Cada maestro de este gremio usaba unas técnicas diferentes que protegía con su vida de los competidores de los gremios rivales. No había unicidad de sistemas métricos y las estructuras vivas de los barcos variaban de un astillero a otro. Erik XIV y Gustavo I ordenaron plantar robles, pero cuando llegaron a la edad adecuada para talarlos ya se había iniciado le Revolución Industrial.
En 1563 se bota el Mars, con sus 1800 toneladas. Era el barco más grande de Europa. Portaba cañones de 4,9 toneladas, de los que hasta entonces solo disponían los mercenarios lansquenetes en tierra.
En mayo de 1564 el Mars entre en combate. " El 30 de mayo (...) los suecos salieron con 40 magníficas naves y todo el favor de viento, sol y meteoros. Así y todo, los daneses y lubequeses les plantaron cara, y así fue que coenzó una batalla cmo jamás se había visto en el Báltico. Los secos disponían en rimerísimo lugar de un gran buque en el que habían trabajado el rey y su padre durante varios años: 10 pies más largo que la iglesia de San Pedro de Lubeca, 700 almas a bordo, con 140 piezas de fundición (...) Como divisa llevaban una hermosísima imagen de Marte. Y el capitán era Jakob Bagge, archienemigo de los alemanes".
El Mars hundo durante la primera jornada el Lange Bark de Lübeck. Pero el segundo día la flota combinada danesa y de Lübeck consiguieron dañar el timón del Mars e incendiarlo con bolas de fuego. Desde el buque alemán Engel, los hanseáticos abordaron la nave sueca y se desencadenó una carnicería en la lucha cuerpo a cuerpo. Resultado, según el informe ante el senado de Lübeck: 500 muertos y 100 prisioneros.
El galeón sueco en llamas explotó. Un cronista lubequés lo narra así: "Apenas habían empezado a salvaguardarse los caudales cuando el fuego se enseñoreó de la nave y el Mars saltó por los aires en un atroz espectáculo". Los documentos de la época resaltan que la nave insignia sueca transportaba 200.000 táleros de plata y 4000 monedas de oro.
Cuando terminó la guerra de las Tres Coronas, Lübeck había sido retirada del tablero como potencia regional. Suecia dominaba las rutas del norte del Báltico; Dinamarca las meridionales. Los lubequeses se embarcaron en la construcción de un basco similar al Mars, botado en 1570 y desguazado en 1581, sin participar en operación militar alguna: el Adler Von Lübeck ( "El Águila de Lübeck).

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