martes, 13 de diciembre de 2016

Entrevistamos a J.M. Mulet sobre su libro sobre la ciencia forense.

DEDICA SU ÚLTIMO LIBRO A EXPLICAR LA CIENCIA REAL QUE HAY DETRÁS DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL.

Tras desmontar las mentiras de los productos naturales y denunciar las falsedades de la medicina alternativa J. M. Mulet (Denia, 1973) dedica su cuarto libro a la ciencia forense. Este profesor de Bioquímica de la Universidad Politécnica de Valencia, presenta su libro LA CIENCIA EN LA SOMBRA esta tarde a las 19:30 en la Bilioteca Bidebarrieta de Bilbao junto con el antropólogo forense Paco Etxeberría.

¿Es posible el crimen perfecto?

No; solo hay malas investigaciones forenses. Como decía Edmond Locard, el padre de la ciencia forense, el criminal deja su impronta en el lugar del crimen y se lleva algo de allí, aunque no sea consciente de ello.

¿Son los españoles buenos científicos forenses?

Somos consultados por las policías de otros países. Somos buenos forenses, buenos negociadores de rehenes y una de las mejores policían antiterroristas de la Unión Europea.
En el país Vasco destaca Paco Etxebarría; en Andalucía está Miguel Botella; En Galicia, si vas a matar a alguien es mejor que ángel Carracedo tenga mejores cosas que hacer. Y hay más forenses destacados.

¿Tiene la ciencia forense algo que ver comparándola con lo que vemos en las series de televisión?

La serie estadounidense CSI está bien documentada. A veces , los estudiantes de criminología cruzan apuestas sobre en qué crimen real están basados los capítulos.

Pero fallará algo, ¿no?

La escasez de efectivos y su falta de especialización. Parece que los cabecillas no saben delegar en los demás. Una persona hace un día pruebas de ADN; otro día salta tapias mientras persigue, pistola en mano a un sospechoso (?); y el último día desmonta un coche para comprobar cómo el malo saboteó los frenos.
Las pruebas están hechas en el plazo de unas horas. Luego, cuando el ciudadano de a pie es elegido para ser miembro de un jurado, se sorprende de lo lento que marcha todo.

También dices que la forense de CSI MIAMI va por ahí contaminando las escenas del crimen con su estupenda melena.

Bueno; eso será por exigencias del guión, lo de estar guapa, quiero decir. Los forenses de la vida real llevan el pelo muy corto y se lo recogen en una redecilla en las escenas del crimen. En algunas escenas la chica ponía el pelo tan cerca de la cara de la "victima" que es imposible que el actor "asesinado" no estornudara, estropeando algunas tomas.

Dices que hay técnicas inventadas hace siglos y que solo hasta hace poco se les ha encontrado utilidad para los forenses.

El micoscopio fue inventado por el comerciante holandés Lewenhek en Deltf en el siglo XVII pero no se empleó en las pruebas de balística hasta el siglo XX. En 1901 Landsteimer investigó porque personas sanaban tras una transfusión de sangre y otras fallecián. Descubrió los grupos sanguíneos. Nadie pensó en ese momento que la cosa sirviera para resolver crímenes.

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