sábado, 24 de junio de 2017

Hoang Jan Cuong (1949), un corresponsal en la guerra de Vietnam.

Hoang Jan Cuong espera en el restaurante Sheraton de Ho Chi Mihn, sentado en su sillón habitual. En la moderna capital de los negocios y las diversiones para todos los bolsillos en que se ha convertido la antigua Saigón Cuong tiene dos certezas: se ha convertido en una leyenda del periodismo gráfico, y por esta misma razón, las autoridades comunistas no se lo perdonan.
Durante la guerra de Vietnam Saigón se había convertido en una ciudad un tanto sórdida repleta de soldados y oficiales norteamericanos de permiso, reporteros de guerra y prostitutas. En el norte, Ho Chi Minh seguía las instrucciones de sus asesores de Moscú. "Odié la guerra", dice con amargura Cuong. "Esos dos estúpidos Gobiernos... Ho Chi Minh seguía a los rusos y a los chinos. En el sur Nguyen Van Thie y Nguyen Cao Ky obedecían las políticas americanas. Todos golpearon a mi pueblo con la misma brutalidad",
Los padres de Cuong regentaban una tienda de artesanías en el centro de Saigón, donde conoció al reportero japonés Koichi Sawada. "Me ayudó con ropa, comida e incluso pagó mis estudios. Fue mi amigo, mi mentor y mi hermano", recuerda Cuong que por entonces ya había hecho sus primeras fotos de guerra con una Pentax que le regaló su padre.
Sawada no había ganado el Pulitzer aún cuando apostó por Cuong como corresponsal nativo. Le presentó a Krank Frosch, director local de la Agencia estadonidense United Press International (UPI). Sawada y Frosch fueron acribillados a balazos cuatro años más tarde a manos de un pelotón de jemeres rojos, a las órdenes de Pol Pot, el tirano genocida de Camboya.
Las fotografías de Cuong, por su parte, aparecerían en las principales publicaciones del mundo ocidental. Ninguna de ellas tendría el impacto de la fotografía de Eddie Adams, en la que el jefe de Policía de Saigón dispara en la cabeza a un agente del Viet Kong esposado y abatido.
Cuong me enseña una copia de la foto que lo llevó al paraíso de los reporteros gráficos, la imagen de un tanque de Vietnam del Norte aparcado en el exterior del Palacio Presidencial de Saigón. Ese día había salido a la afueras para tomas instantáneas de los combates entre la División 324 del Ejército del Norte y el Ejercito del Sur, en la que ya eran los coletazos finales para asediar Saigón. Cuons estaba en la actual autovía nacional 1A cuando se paró un tanque de los norvietnamitas cerca de dónde se hallaba él. "!Prensa!!Prensa!", gritó aterrorizado Cuong, temiéndose ser juzgado como espía.
Los tanquistas lo único que deseaban era que les ayudase a interpretar unos mapas para entrar en Saigón y un callejero para negociar una salida pacífica al asedio con las autoridades pro capitalistas. Cuong se subió al tanque y los guió hasta el Palacio Presidencial. Una vez allí le pidió a un peatón que le hiciera una foto. La misma foto que los escolares de Secundaria ven en sus libros de texto.
Militares, políticos y reporteros organizaron la evacuación de Saigón. Alan Danson, reportero de UPI ofreció a la familia de Cuong unas plazas en un avión que los llevaría a Hong Kong. Cuong le respondió que él no se había implicado con ninguno de los dos bandos especialmente, salvo para poder contar lo que hacían, y que no tenía miedo del futuro de su país ni de las nuevas autoridades comunistas. Debió pensarlo mejor.
Al momento los comunistas comenzaron la caza de todos los que hubieran colaborado con las potenicas occidentales.. Cuong se ocultó en el Delta del Mekong haciéndose pasar por un pescador.durante 9 años. Regresó a Ho Chi Minh para casarse con la que hoy es su esposa.
Las autoridades comunistas le arrestaron y le interrogaron. Decidieron enviarlo a un campo de trabajos forzados y reeeducación, donde pasó 7 años: "No teníamos alimentos ni medicinas. Comíamos insectos y llevé la misma camiseta durante dos años".
Después de trabajar sin descanso en 28 prisiones diferentes fue liberado en 1991. Nunca volvió a trabajar como fotógrafo. Ahora Cuong es un reputado anticuario, experto en cerámica del Periodo Dong San - la Edad del Bronce vietnamita- y de la Dinastía Nguyen - última familia imperial del país-. "La herencia cultural no tiene precio. Yo la preservo para que mis nietos puedan aprender quiénes somos y de dónde venimos".


La caótica evacuación de los occidentales del mundo libre de Saigón. Fotografía de Huong Jan Cuong. Él rechazo la huída y fue encarcelado en campos de reeducación y trabajos forzados.


PARA LEER:
EN PRIMERA LÍNEA, CRÓNICA DE LA GUERRA DE VIETNAM.
Jonathan Schnell (Editorial Gutemberg)

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