lunes, 4 de septiembre de 2017

Atentado contra De Gaulle.( Agosto de 1962)

Fort D´Ivry, 11 de marzo de 1963. El coronel Bastien-Thiry es pasado por las armas por tratar de matar a De Gaulle.

El asfalto estaba mojado por la lluvia. pero el Citroën PS-19 rodaba a 110 kilómetros por hora, una velocidad punta para la época por la CN 306, rumbo a la Base Aérea de Villecoublay. Precedían al coche presidencial dos motoristas y le seguía otro automóvil idéntico con el personal de escolta. El coche no llevaba distintivos y no estaba blindado. Faltaba poco para finalizar el viaje cuando unos pistoleros equipados con ametralladoras atacaron el convoy.
El pasajero junto al conductor gritó: "!Al suelo, padre!". En el asiento de atrás, un hombre de algo más de dos metros se encogió como pudo, interponiendo su cuerpo ante el de su esposa. El Citröen presidencial recibió 14 impactos, algunos se clavaron e los respaldos, el cristal trasero saltó hecho añicos aunque milagrosamente nadie fue alcanzado. El conductor obedeció la orden del copiloto de acelerar; logró esquivar una furgoneta salida de la nada que intentó embestir al vehículo presidencial. Ya en Villecoublay los oficiales se quedaron blancos, temiéndose lo peor, cando vieron el estado en que llegaba la limusina presidencial.
El chófer, Francis Marraux era un antiguo maquis reconvertido en gendarme (equivalente francés a la Guardia Civil española), y ya había superado con igual sangre fría otro intento de atentado contra De Gaulle el años anterior. El copiloto era el coronel Alain Boissinu, audante de campo y yerno del Presidente. Los pasajeros era el suegro de Alain, De Gaulle, y su esposa Yvonne.
De Gaulle estaba indignado. Él era un militar de carrera. Entendía que la OAS, una organización terrorista de militares y colonos que se negaban a descolonizar Argelia, quisieran atentar contra él. Lo que no entendía era que se atentase contra civiles inocentes, como un coche cargado de niños que pasaba por allí, o contra su mujer.
La OAS atentó cinco veces infructuosamente contra De Gaulle. El General respondió creando una unidad paramilitar llamada los barbouzes (los barbas postizas), que usaba los mismos métodos que los terroristas de la OAS. Su misión era llegar allí donde las garantías del Estado Francés no llegaban. Daba igual que los pied noirs renegados de la OAS se escondieran en un país extranjero como España, porque los barbouzes tenían carácter extraterritorial y no creían en los santuarios políticos..
El organizador del atentado que nos ocupa era el coronel Bastien Thiry, de familia noble y católica. Había estudiado en la Ecole Politechnique, antes de ingresar en el ejército del aire como ingeniero aeronautico.. En realidad era un radical que justificaba atentar contra el Presidente De Gaulle con citas de Santo Tomás de Aquino. Comparaba al Presidente con  Marat.
Formó un comando de 12 hombres, entre los que había incluso dos milicianos que habían luchado contra los soviéticos en Hungría durante el levantamiento de 1956. Tenían ametralladoras, metralletas y explosivos, y usaron una furgoneta, una camioneta y un turismo.
Thiry volvió a sus actividades normales después del fracaso para no levantar sospechas.Pero la OAS estaba muy infiltrada por los Servicios de seguridad franceses, y todos los miembros fueron arrestados uno tras otro. El propio Bastien-Thiry fue arrestado tras un viaje profesional a Inglaterra.
El juicio contra Thiry y dos de los conspiradores se celebró en enero de 1963 en el Fuerte de Vicennes, aunque no exento de polémica. Los constitucionalistas no aceptaron que Thiry fuera juzgado por el Tribunal Militar de Justicia, siendo una mas que segura condena sin apelación. No les gustó la píldora pero se la tuvieron que tragar.
Thiry aseguró ante los jueces que su objetivo no era matar a De Gaulle sino secuestrarlo para "someterle a juicio". No sirvió. De Gaulle afirmó que se había disparado por error - o quien sabe si para quitar de en medio a testigos molestos- contra el coche de una familia numerosa, con mujeres y niños. Se había disparado contra Yvonnne De Gaulle. Y Bastién- Thiry era un cobarde que no había compartido los riesgos con sus hombres, ninguno de los cuales iba a ser condenado a muerte, a diferencia de Thiry.
Bastien Thiry fue el último muerto a manos de un pelotón de fusilamiento en Francia. Murió con un rosario en las manos, como un mártir. De Gaulle haría ante esto una de sus típicas pullas sarcásticas: "Los franceses necesitan mártires...Yo podría haberles dado a uno de esos generales estúpidos que juegan al balón en la prisión de Tulle ( los cuatro generales que apoyaron la OAS) pero les dí a Bastien-Thiry. Lo convertirán en su mártir. Se lo merece".

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