sábado, 16 de diciembre de 2017

La Varsovia - Zwi Migdal-. Trata de blancas en la Argentina de principios del siglo XX.

Rosario, Argentina. 8 de octubre de 1932. La mafia prostibularia asesina al periodista Sículo Alzogaray.

"Nunca como hoy Rosario merece llamarse la Chicago argentina" comienza ese día la crónica acerca de la muerte violenta de Alzogaray, corresponsal de la Crítica, acribillado a balazos a la puerta de su pensión. En teoría ese sería otro crimen sin resolver, sin interés alguna para las autoridades, más preocupadas de no dar razones para que el polvorín social de Rosario estalle, que hambre de justicia. La riqueza de la ciudad de Rosaroa, puerto de salida del trigo de la Argentina, ha atraído a mafiosos y policías corruptos.

El capo de Rosario es un siciliano llamado Galiffí Chicho- Grande. Al igual que el italoamericano Capone no ha sido condenado nunca por sus actividades ilegales. La prensa pronto le adjudica el crimen. Todos saben que culpar de algo nuevo a Chicho- Grande es como tirar una colilla al mar. En reoría se lo traga todo. Es cómodo para el que acusa y el mar ni se inmuta.

Alzogaray estaba investigando el secuestro de una mujer, pero no acusó nunca a Chiucho- Grande, sino a los tratantes de blancas judíos, la Zwi Migdal. ¿Por qué los chulos judíos iban a salir de su zona de confort y meterse en crímenes graves? Alzogaray tiene la respuesta. Para amedrentar a un médico que iba a testificar contra ellos.

Los colegas de Alzogaray se atreven a acusar a la organización de forma indirecta. Se sugiere vagamente que a Alzogaray lo han matado por intereses de los anarquistas. Todo el mundo sabe que los proxenetas de Rosario son simpatizantes de Bakunin.

A finales del siglo XIX y el siglo XX el antisemitismo y los progromos son el pan de cada día de los judíos que viven dentro de los límites del Imperio Ruso. La gente quiere escapar de allí, y no oyen los cantos de sirenas de los revolucionarios. Aún no. Aunque si ven - y huelen, porque usan colonias caras- a los jóvenes casaderos que provienen de Argentina, una meca de la prosperidad. Todos se dirigen a las sinágogas solicitando una esposa joven y de buenas referencias. Los padres les entregan a las muchachas más bonitas, incluso a niñas de 12 o 123 años, porque lo que pueda ocurrir en Argentina, de la mano de ese desconocido, les parece mejor que ser desfiguradas por las bayonetas de unos cosacos borrachos.

 Algunos de estos hombres repiten el viaje varias veces al año. En Argentina subastan a sus "esposas" a los tratantes de blancas tanto en el Hotel Palestina como en la Parisién. Estos burdeles reciben el nombre de cafishios.

En 1885, los cafishios organizan el club de los 40, embrión de la organización mafiosa Asociación de Socorros Mutuos La Varsovia, entidad reconocida por la ley en 1906, cuyo cabecilla es el filántropo y anarquista Noé Trautman. Según su leyenda personal- nunca demostrada ni negada por los historiadores- Trautman conoció personalmente a Bakunin, el padre del anarquismo ruso en Rusia, y practico algunos de los primeros asaltos a bancos y negocios capitalistas para financiar la causa revolucionaria. Lo cierto es que los primeros datos documentados ya nos lo presentan en Argentina, dedicado a la trata de blancas.

Como todos los miembros de responsabilidad del crimen organizado, Trautman intentan lavar su imagen enlodada con la apertura de sinágogas, clubes sociales, tanatorios y hasta cementerios propios. Aunque los rabinos de Polonia y la Rusia europea acepten que "el viaje a Argentina" es una salida aceptable para muchacha de entornos empobrecidos, y la moral en la Argentina respecto a la prostitución sea laxa, a nadie se le ocurren enterrar a una prostituta en el mismo cementerio en que están enterrados sus padres.

Tras la Primera Guerra Mundial Polonia se ha independizado de Rusia y el embajador polaco en Argentina presiona a las autoridades de Buenos Aires y Rosario para que Trautman deje de llamar a su organización criminal La Varsovia. Es así como pasa a ser conocida como Zwi Migal, en honor a María la Magdalena, la prostituta arrepentida discípula de Cristo.

Trautman se lava la cara frecuentando la tertulia de la confitería Las Violetas, donde charla con Roberto Artl, el creador de la novela moderna argentina y precursor del teatro social. Arlt escribe LOS SIETE LOCOS, donde un opersonaje inspirado en Trautman financia una revolución libertaria con los fondos reunidos gracias a la explotación de mujeres.

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