lunes, 26 de marzo de 2018

Las calaveras deformadas pertenecían a las esposas de un pueblo bárbaro.

Durante la Edad de las Migraciones ( alrededor de 300 a 700 d C), grupos bárbaros como los godos, los alanos o los vándalos recorrieron Europa, hostigando un Imperio Romano en decadencia, que ya no podía contener las aspiraciones de estos pueblos, y asentándose a medida que avanzaban,

La aparición de cráneos femeninos en un enterramiento bávaro, un pueblo que se instaló en el sur de Alemania en el siglo VI a de C, ha sorprendido a los especialistas, que asociaban esta costumbre con lugares más orientales como Hungría.

¿Cómo llegó esta práctica al sur de Alemania? Hasta ahora, la teoría más usual es que fue por aculturamiento. Algunos chamanes bávaros, o las propias mujeres tomaron contacto por medio del comercio con los hunos o algún otro pueblo, y les transmitieron las técnicas de modificación del cráneo. Pero hay otra respuesta para semejante enigma: quizá las mujeres eran hunas o de otro pueblo bárbaro desconocido, y llegaron a Alemania para casarse con maridos bávaros en medio de lo que fue una alianza.

Un equipo internacional de arqueólogos analizó recientemente los genomas de 36 conjuntos de huesos enterrados en cementerios bávaros durante los siglos V y VI a de C: 26 mujeres, 14 de las cuales mostraban signos de deformación craneal artificial (DCA) y 10 hombres. También se analizaron cinco muestras adicionales, incluídos los restos de lo que se cree era en vida un legionario romano y otras dos mujeres con ACD de Crimea y Serbia.

Las cabezas de estas mujeres eran atadas desde el nacimiento, y los cráneos tenían un aspecto distintivo a medida que se endurecían. Los arqueólogos no tienen ni idea de si estas deformaciones tienen que ver con la belleza, el status, la salud u otra razón.

Los genetistas dicen que en los yacimientos del Periodo del Bajo Imperio Romano en el sur de Alemania, los  hombres son genéticamente aburridos, con ojos azules y cabellos rubios. Las mujeres son más diversas genéticamente, con menor estatura, cabelleras rubias o castañas, y ojos castaños o azules. Los osteólogos aseguran que mientras la ACD es normal entre los pueblos del sudeste de Europa y de Asia Central es menos frecuente entre los pueblos germánicos del Oeste. Y que la práctica se detuvo con las recién llegadas.


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