lunes, 2 de abril de 2018

El león de Arrikrutz ruge de nuevo.

El esqueleto hallado en la cueva de Oñati en 1966 se expone por primera vez al público en Burgos.

El Museo de la Evolución Humana lo exhibirá hasta noviembre y luego se trasladará al Museo de San Telmo.

Uno de los restos arqueológicos mas llamativos de Guipuzkoa es el esqueleto de león cavernario de Arrikrutz. Es la pieza principal de la exposición temporal "Leones en la nieve" inaugurada hace escass días en el Museo de la Evolución Humana de Burgos.

Esta exposición estará situada en la Sala de Pieza única del centro, situada en la Planta 1. El esqueleto pertenecía a un felino de entre 1 y 1,20 metros d altura, 3 metros de largo y un peso de 250 kilos, frente a los 200 de los leones africanos actuales.

Se desconoce la antigüedad del león de Arrikrutz, pero sería inferior a los 125.000 años y superior a los 12.000. Ahora, el comisario de la muestra, Asier Gomez Olivencia y el paleoantropólogo estrella español, Juan Luís Arsuaga intentarán datarlo y extraerle un poco de ADN.

El esqueleto comparte espacio con un cráneo completa con mandíbula de leopardo encontrada en la cueva de Allekoaitze (Ataun) y la mandíbula de hiena de Labeko Koba (Arrasate).

Otra sección de esta muestra ahonda la relación de los hombres de Cromagnon y de Neanderthal con los felinos. Se muestra una reproducción del arte rupestre que muestra dos leones beviendo en Chauvet Pont D¨Arc y del panel grabado de la cueva de Armintxe de Vizcaya.

En cuanto al cráneo de leopardo de Allekoaiatze, en Ataun, el caso es que el etnógrafo, cura, y arqueólogo José Migule Barandiarán recibió en su casa en 1975 la visita de varios adolescentes que habían encontrado el cráneo y la mandíbula en 1973. Asimismo Barandiarán entregó el cráneo a Jesús Altuna, que lo dató de hace 34.000 años antes del presente.

Estos leopardos también llamados panteras no sobrevivieron a la última glaciación entre los 21.000 y los 18.000 años antes del presente

Un cráneo de cuón (Cuon alpinus europeus) apareció en la cueva de Obarreta, en la zona vizcaína del macizo del Gorbea. Se trataba de un cánido, del aspecto de un zorro, pero más grande. Fue hallado por el grupo espeleológico vizcaíno en 1982, en una sima de muy difícil acceso. Se supone que el cuón se precipitó allí y ya no pudo salir.

Se sabe que los machos de león cavernario no tenían melena, o por lo menos no tan abundante como la de los leones actuales. No se sabe por qué se extinguieron. Quizá los hombres del Paleolítico los cazaban para que no depredasen sobre sus presas o atacasen a sus hijos. O quizá no sobrevivieran al último cambio climático después del final de las glaciaciones.

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