jueves, 21 de marzo de 2019

Emboscada final, de John Lee Hancock.

La de este director es una novedosa visión de lo que fueron los atracos y el final destino de los atracadores de gasolineras y comercios rurales de la Gran Depresión Bonnie Parker y Clyde Barrow. La conta nos muestra el punto de vista de los hombres que los mataron: los Rangers de Texas Frank A. Hamer ( Kevin Costner) y Manny Hault (Woody Harrelson).

La película nos los muestran como dos hombres entrados en años, más próximos a la jubilación que a su momento de gloria. Usarán medios tradicionales del Sur de los Estados Unidos donde los aviones del incipiente FBI de Hoover y los métodos científicos no se imponen. Es decir; el soborno y la intimidación. Muy de la frontera, de la época en que muchas veces el sheriff no era mejor que la gente que perseguía.

Clyde Barrow y Bonie Parker se conocieron en 1929 y se enamoraron. Él era un ratero de poca monta que ya había estado en prisión, donde un preso le acosó y apareció ahorcado en su celda. Le faltaba el dedo gordo de un pie por lo que tenía que conducir en calcetines. Bonnie era una buena estudiante, con un poso amargo sobre lo que era el futuro personal suyo, que a veces escribía poesías. Empezaron su carrera criminal en 1932 y fueron acribillados en un confuso tiroteo en  abril de 1934.

El trailer muestra a Bonnie Parker matando a sangre fría a un policía de tráfico pero ninguno de los testigos que participaron en sus atracos afirmaron que usara un arma contra nadie. El arma del coche era un BAR M1918, uno de los más potentes rifles automáticos del periodo de entreguerra y ella era una chica menuda de 1;50 metros. Solo el retroceso del rifle la hubiera dejado fuera de combate.

Frank Hamer, tal y como las crónicas dicen que hizo en su día Alan Pinkerton para acabar con la banda de Jesse James, aprovechó las tensiones entre los miembros de la banda por las constantes huídas y la necesidad de esconderse, para encontrar a su Judas: Methvin. Methvin les indicó dónde estaría la pareja en un momento dado y le tendieron una emboscada donde la pareja no tuvo ocasión de rendirse.

Al final del asunto cada cuerpo tenía 50 impactos de bala y el caro Ford V 8 robado que empleaban para cruzar las fronteras entre estados era un colador al que solo le esperaba el desguace. Los criminalistas dicen que en la actualidad Asuntos Internos hubiera pedido la cabeza de Hamer después de felicitarle por su éxito por el modo grotesco en que terminó todo. Prometió al traidor Methvin inmunidad a pesar de que sabía que había liquidado a  dos agentes de policía por su propia confesión; secuestró y retuvo a punta de pistola al padre de Methvin para que no alertara a la pareja. Y no les dio la oportunidad de rendirse a la pareja de atracadores a pesar de que contaba con superioridad de fuego y de personal a su cargo.

Cierto que los Parker- Barrow lo eran todo menos inocentes, ya que sus robos habían causado la muerte de al menos 12 agentes del orden. Hubo un debate sobre si debían capturar con vida a Bonnie Parker, que solo se ocupaba de la logística de los asaltos, y jamás mató a nadie. Pero al final de la jornada allí estaba su cadáver, con un rifle sin usar - conservaba el contenido del cargador- y con un sanwidch a medio comer en la mano.

Los agentes del orden no solo saquearon las cosas del coche. Permitieron a los vecinos de la localidad de Bienville Parish (Louisiana) que arramblasen con todo. El forense ordenó a Hamer  dar por terminado aquel circo cuando vio a un muchacho intentar cortas una oreja del cadáver de Bonnie. Pero él mismo se negó a devolver los efectos requisados a las familias sino que vendió a un anticuario un saxifón, propiedad del difunto Clyde Barrow.

PARA VER:
https://www.youtube.com/watch?v=cKvlMowFUqo



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