Locura de amor, de Juan de Orduña. (1948)

Tuve mis reservas antes de hacerle una entrada a esta cinta porque ya cité en otra ocasión la película de 2001 del fallecido Vicente Aranda. Las dos películas orbitan sobre el mismo texto teatral, por lo que se diría que no hay más diferencias que el reparto, la técnica y poco más. Pues no. Para nada.

El cine nos habla más de como ve el mundo el espectador que paga una entrada para ver algo determinado que de la época que se muestra. LOCURA DE AMOR nos muestra cómo se veían a sí mismos los españoles a mediados del siglo XX. Vemos valores como el sacrificio por la Patria, la crítica al Estado como deslealtad y tara moral, la obediencia ciega, unos discursos pomposos y muy poco naturales, muy propios del teatro, que es de donde procede el guión.... No olvidemos que Franco intenta gobernar y construir su discurso nacionalista en torno a la idea del catolicismo a ultranza y tradiciones políticas del siglo XVI...

Vemos a una Juana I de Castilla beatona, muy centrada en lo hogareño, que se enfada cuando fracasa en esa esfera de su vida privada, precisamente a causa de las aventuras extraconyugales de su esposo, Felipe el Hermoso. Cuando este muere en 1506, supuestamente a causa de beber un vaso de agua helada tras jugar un partido de pelota, Juana acompaña el cortejo fúnebre desde Burgos hasta Granada.

Los rumores sobre su inestabilidad mental surgieron entonces. Fernando el Católico, que sabía lo delicado que era para una mujer gobernar como tal en su época, decide apartarla del poder en 1509, algo que ella aceptó, primero porque Inglaterra había puesto su mirada codiciosa sobre Castilla y ya había recibido propuestas de enLace matrimonial. Fernando de Trastámara solucionó el problema casando a su hija pequeña Catalina con Enrique VII, príncipe de Gales.

Otro de los temores que suscitaban la necesidad de la salida de Juana I de la escena política es que se formase una facción nobiliaria en torno a Juana para entorpecer la política real, algo que pudiese derivar en una guerra civil. Se solucionó con el encierro de Juana I en Tordesillas, donde falleció en 1555.

Ni siquiera los comuneros recibieron el apoyo de la reina. Decimos reina porque nunca fue depuesta por las Cortes de Valladolid. Quizá no estuviera capacitada para reinar,; quizá fuese una bordeline; quizá se tratase de una víctima entre hombres taimados como zorros, pero nunca traicionó ni a su padre, ni a su hijo Carlos V.

En 2001 Vicente Aranda da el papel de Juana I a Pilar Lopez de Ayala. Es una Juana más carnal, más hembra. No es una beata. La verdad es que la auténtica Juana fue investigada por el Santo Oficio por su negativa a asistir a misa cuando estuvo confinada en Tordesillas. Y cuando oía misa se negaba a comulgar

 De hecho está más interesada en atar a Felipe I, el semental de turno, a la cama que en gobernar, pero cuando tiene que hacerlo, lo hace.

Para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=HFDZf7ELxtM