miércoles, 20 de septiembre de 2023

125 aniversario de la batalla de Santiago de Cuba.(3 de julio de 1898)


 El 2 de julio de 1898 el Imperio español está a punto de concluir en aguas cubanas. La flota española está bloqueada por la más moderna y eficaz flota naval estadounidense, mandada por el almirante Sampson. Los buques de guerra españoles están mal equipados, no tienen el blindaje adecuado para el castigo de artillería que van a recibir, y a sus oficiales, los fanatizados políticos y burgueses, enfervorizados por un fervor patrióticos rayano en el fanatismo y en el no querer ver la realidad nacional, se les obliga a romper un bloqueo en una batalla naval que está mas que perdida.

La flota española estaba formada por tres cruceros (Maria Cristina, Oquendo y Vizcaya), con débil blindaje, un cuarto crucero (Cristobal Colón) al que en los astilleros no había habido tiempo material de instalarle la artillería  pesada, y dos vulnerables destructores contratorpederos ( Furor y Plutón). Los estadounidenses contaban con cuatro potentes acorazados (Indiana, Oregón, Iowa y Texas), dos cruceros acorazados (Brooklyn, New York) y un navío ligero (Gloucester) eso sin contar con las naves auxiliares que menudeaban ya por las costas de Santiago de Cuba.

La táctica española era burlar el bloqueo y tratar es escapar forzando máquinas, aunque era evidente que el suministro de carbón era insuficiente para lo que era preciso hacer. Se trataría de acortar distancias por parte de los cruceros españoles con los norteamericanos para tratar de dañarlos un poco. Méndez Núñez había propuesto al Ministerio de la Guerra volar la flota española y enviar a las tropas capaces de manejar un fúsil a apoyar a la infantería en tierra. La respuesta del Ministro fue:"Mas vale honra sin barcos que barcos sin honra": En el Café Suizo, con el periódico delante, es muy fácil creer que se pueden ganar guerras en un panorama geopolítico que no ha sido debidamente analizado.

El 3 de julio de 1898 el crucero María Teresa enarbola pendón de combate, dobla en Bajo del Diamante y sale a la mar vitoreado por una multitud que contemplará el desastre en los fuertes del Morro y Socapa. La idea es que el barco del capitán Concas atraería el fuego de la artillería estadounidense mientras el resto de la flota se alejaba barajando la costa. Se intentó embestir al crucero Brooklyn, pero este viró, metiendo sobre estribor, y descargó una andanada con todas las piezas de popa.. Toda la flota estadounidense cañoneó al Infanta María Cristina desde lejos. El puente y las cubiertas superiores eran un reguero de cadáveres, y los daños en la superestructura disminuían su andar. Concas fue herido, bajado a la enfermería y sustituído por el almirante Cervera.

Con poco tiempo de diferencia salieron a alta mar el Vizcaya y el Cristobal Colón. El Vizcaya tenía las máquinas en lal estado y los fondos sucios así que sus trupulantes ya se daban por muertos o prisioneros. El Cristóbal Colón tenía maquinaria potente por lo que lo fió todos a su velocidad.

El Oquendo salió a alta mar tras dejar atrás el Bajo del Diamante y devolvió fuego por fuego a los acorazados Oregón y Iowa, pero su cañones no eran los más modernos en 1898 y apenas rasguñaron el blindaje de sus oponentes.

El Teresa había embarrancado ya con un solo cañón devolviendo el fuego, con un costado en llmas y 126 muertos a bordo entre ellos el comandante Lazaga, su segundo, su tercero y los tres tenientes de navía más antiguos.

Las aguas ya eran un hervidero de cadaveres flotantes y de heridos u hombres sanos paro sin un puesto de combate que trataban de ganar la costa a nado. Los fogoneros de la flota española siguieron paleando carbón, a pesar de que sabían que estar en una sala de máquinas era una condena a muerte cierta. Ninguno abandonó el puesto.

El Furor y el Plutón salieron a altamar a sotavento de los cruceros. Sus oficiales comandantes  eran conscientes de que sus tripulaciones no podían hacer nada contra los acorazados estadounidenses y que un solo obús podía partirlos en dos. El Furor se fue a pique, con su comandante muerto en el puente (capitán Millaamil) y embarrancó en la costa el Plutón ( teniente de navío Vázquez), con uno de cada tres hombres de las dotaciones muertos en su puesto de combate.

El Vizcaya y el Cristóbal Colón continuaron barajando las costas cubanas recibiendo un soberano castigo artillero. Aunque el Cristobal Colón era más rápido tuvo que dejar atrás al Vizcaya. Este último viendo que era imposible mantener el combate unos mas que unos minutos más, intentó embestír al Brooklyn, pero se lo impidieron los fuegos concentrados del Oregón y el Iowa, obligando al crucero español a caer otra vez a estribor, embarrancando a 15 millas de Santiago de Cuba, a las 11.30.

Si hubo un buque espàñol a punto de romper el bloqueo estadounidense fue el Cristóbal Colón, merced a la rapidez de sus máquinas. Recorrió seis millas naúticas más hasta que el jefe de maquinistas subió al puente y comunicó al comandante que el carbón bueno se había acabado y el que estaban usando ahora reducía el andar de la nave de guerra en tres nudos. Sin artillería apropiada para un intercambio de fuego con el acorazado Oregón, interpuesto entre él Cristóbal Colón y la costa, el comandante Moreu ordenó abrir los grifos y echar a pique el barco. Eludió con una brillante maniobra el Oregón y lo estrelló contra la costa para evitar la muerte de sus 500 hombres.

Aunque los españoles devolvieron cada impacto de artillería naval, el mejor blindaje de los norteamericanos y sus mejores cañones de largo alcance les proporcionaron la victoria. Solo sufrieron un nuerto, dos heridos y nueve contusos. Las bajas españoles fueron de 323 españoles muertos y 151 gravemente heridos: uno de cada cuatro hombres del almirante Cervera era una baja.

¿Qué pasaba en Madrid mientras tanto? Era un domingo como otro cualquiera y la gente salió a pasear, indiferente a los horrores de la Guerra de Cuba. Hubo festejos taurinos. Según contaba el periodista Francos Rodríguez:"Asistió gran cantidad de publico y hubo dos corridas, una en la plaza de Madrid y otra en Carabanchel. Ambas con resultado feliz".



"Cuando en España se habla de cosas de honor, un hombre sencillamente honrado tiene que echarse a temblar".

MIGUEL DE UNAMUNO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Saladino (1138-1193).

  Saladino —cuyo nombre completo fue Ṣalāḥ ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb — nació en 1137/1138 en Tikrit, en una familia de origen curdo al servici...