En la Baja Edad Media los conflictos en las altas esferas solían solucionarse con baños de sangre. Carlos VII de Francia no tuvo mejor idea que dejar que Juana de Arco padeciera una ejecución tras un juicio fraudulento en 1431. La Doncella de Orleans se había vuelto molesta con sus exigencias de hombres y dinero para el soberano que le debía la coronación y el reino.
En Tordesillas sí vemos que la diplomacia ha nacido y anda con pasos vacilantes. Portugal y Castilla se reunen para dividirse las zonas de influencia, tras el mazazo sensacional que supuso el descubrimiento del continente americano por Cristobal Colón. Aunque hay partidarios de matar al navegante supuestamente genovés, lo que hacen es pedirle al Papa Alejandro VI que medie entre los dos reinos para rebajar la tensión, lo que se traduce en la elaboración del Tratado de Tordesillas de 1494.
En España la diplomacia aparece en el reino de Aragón en junio de 1412. Martín I el Humano había muerto después que su hijo Martín el Joven, y los territorios de Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca (las Baleares más Cerdaña y Rosellón), Córcega y Sicilia se quedaron sin rey durante dos años.
Hubo crímenes entre los aspirantes al trono aragonés e inseguridad para los payeses de remensa. Jaime de Aragón, cuñado del difunto Martín I, era el favorito pero sus métodos y su carácter soberbio le impidieron conseguir los apoyos necesarios. El arzobispo de Zaragoza no le permitió jurar el cargo en la Catedral y el Justicia Mayor se negó a tomarle juramento. El rey destituyó a Jaime como sucesor por "menysprey de nostres manaments".
Muerto Martín I, uno de los seguidores del conde de Urgel, Antón de Luna asesinó, mediante una emboscada, al arzobispo de Zaragoza, Fernández de Heredia, su más notorio opositor. Tal fue el impacto que el nefando crimen tuvo entre los payeses y burgueses de Zaragoza que empezaron a decir a modo de maldicion, "con Don Antón te topes".
Cataluña y Zaragoza mantuvieron durante el periodo de vacío de poder sus respectivos parlamentos, pues así se llamaban las Cortes sin el Rey. Pero Valencia estaba muy dividida entre los partidarios de Jaime de Aragón y Fernando de Antequera, llamado así porque conquistó a los musulmanes dicha plaza.. Hubo una cruenta batalla campal junto a Sagunto el 27 de febrero de 1412.
Se desechó convocar cortes conjuntas y se nombró a nueve expertos en cuestiones sucesorias, porque los daños causados por el vacío de poder crecían y el Papá Luna, Benedicto XIII quería una solución pacífica, "pues Spanya e el vuestro regno (de Aragón) en special, nunqua crió ni sustinió tirannos". Los delegados actuarían durante dos meses, escuchando a todos los candidatos al trono, sujetos a secreto, y sin presiones del exterior. Se elegió como lugar de trabajo el castillo y la villa de Caspe.
Por Caspe pasaron, además de Jaime y Fernando, Fadrique, hijo ilegítimo de Martín el Joven y su amante siciliana Tarsia Rizzari; Luis de Anjou, nieto de Juan I; y Alfonso de Aragón,nieto de Jaime II. Se eligió por unanimidad a Fernando de Antequera. Pesaron en la decisión el deseo de paz y la ambición de una pujanza comercial por parte de las Lonjas de Valencia y Barcelona, como la de Medina del Campo, donde había nacido el nuevo rey de Aragón y futuro retiro de su viuda, Leonor de Albuquerque, La Ricahembra de Castilla.
Había nacido la diplomacia española.
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