Robert Kurson es un escritor de libros de exploraciones debajo del mar. Cuando recibió la invitación de su amigo Chatterton para identificar el segundo barco pirata reconocido como tal, no lo dudó dos veces. Identificar estos pecios es muy difícil porque los piratas trataban de pasar desapercibidas para acercarse a las naves que querían rapiñar. No hacían estadillos de tripulaciones ni llevaban archivos. Si una nave pirata se hundía, ningún gobierno ni compañía comercial reclamaba la carga. Ahora, el barco del capitán pirata John Bannister ha sido identificado y la experiencia de esta aventura de arqueología subacuática es recogida en el libro "CAZADORES DE PIRATAS: TESOROS, OBSESIÓN Y LA BÚSQUEDA DEL GOLDEN FLEECE".
En el centro de toda esta historia está Bannister. Pero él no estaba obligado a convertirse en un pirata, ¿verdad?
Empezó su carrera como capitán mercante inglés, a cargo de un barco llamado "The Golden Fleece", una goleta con un cargo de azúcar, e índigo. Hacía una ruta entre Londres y Port Royal, que entonces era una ciudad sin ley y sin animo por parte de las autoridades de imponerlo. Y un día, por razones perdidas para la historia, Bannister zarpó en su goleta y empezó a asaltar barcos.
¿Qué sabemos de sus posibles motivaciones?
Ya te he dicho que nada. Lo más raro es que Bannister debía saber que la presión de la Armada Real sobre las tripulaciones piratas era superlativa en aguas del Caribe. Y que si era capturado lo ahorcarían. Por eso es muy difícil entender por qué lo hizo.
¿Por qué no hemos encontrado mas que dos pedios piratas?
En primer lugar la Edad de Oro de la Piratería duró de 1650 a 1730. Son 70 años solamente. Y apenas hubo 100 tripulaciones que se dedicaran al negocio. Los capitanes sabían perfectamente que eran forajidos así que nunca hacían estadillos con las tripulaciones, ni mantenían relaciones con ningún gobierno.
Algunos barcos piratas eran goletas mercantes capturadas, por lo que si encuentras el pecio posteriormente, te encuentras lo mismo que en una goleta de una compañía comercial. Escasos cañones, algunas moneda y mosquetes.
Asociamos en 2015 a los piratas con la película PIRATAS DEL CARIBE con Johnnie Deep y Keith Richards. ¿Hay algo cierto en lo que nos cuenta Hollywood de los piratas?
Los piratas llevaban a bordo loros como mascotas. No les gustaba usar la violencia, pero cuando lo hacían todas las torturas del infierno se quedaban cortas al lado de lo que a ellos se les podía ocurrir. Preferían que se contasen historias sobre su brutalidad, y de ese modo, que el miedo les evitase un enfrentamiento con otra tripulación.
Los piratas daban un trato a los capitanes de los cargueros legales que hacen que JUEGO DE TRONOS parezca un picnic. Cuentanoslo.
Podían sacar con garchos los ojos de una persona o abrir su pecho y extraer su corazón empapado de sangre. Algunas tripulaciones interrogaban a los marineros de las naves rapiñadas sobre el trato que recibían del capitán, y si era bueno, no se llevaban todo el cargo.
Pero ningún capitán quería llegar a eso, porque precisamente estos actos de violencia eran los que atraían la atención del ejército sobre tu barco. La bandera negra quería decir: "Estamos locos. Por favor, no os resistaís o tendreís que haceros cargo de las consecuencias".
En el lado positivo los piratas inventaron un sistema de compensaciones por los accidentes laborales o las heridas durante el combate. Eran totalmente democráticos. Votaban a su capitán, votaban a quién atacar, las normas de a bordo, a dónde ir cuando la campaña de saqueo había terminado... Todos procedían de la marina mercante o la de guerra, donde los capitanes gobernaban en solitario, muchas veces de forma despótica. Así que muchos de ellos optaron por naturalidad por la piratería. Era una vida corta, que seguramente terminaría la mayoría de los casos de forma violenta, pero compensaba. Mucho.
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