Pedro Páez padeció todo tipo de penurias y aventuras ( incluídos siete años en prisiones) para llegar hasta el nacimiento del río africano en 1618.
"Me alegré de ver lo que tanto desearon ver el rey Ciro (...), el gran Alejandro y el famoso Julio César"
Fue el primer occidental en descubrir las fuentes del Nilo Azul, aunque las crónicas victorianas le atribuyeran el mérito al británico James Bruce en 1770. Pero Pedro Páez dejó testimonio de su hallazgo en su colosal Historia de Etiopía, que ha reeditado la editorias Ediciones del Viento.
Nuestro clérigo explorador nació en 1564 en Olmeda de las Cebollas, actualmente Olmeda de Las fuentes (Madrid). Miembro de la Compañía de Jesús partió en misión evamgelizadora a La India con el padre Antonio de Montserrat.
La travesía fue una pesadilla con tormentas, ataques de los piratas... y finalizó con los dos padres jesuitas cargados de griletes cuando los capturaron corsarios turcos. Permanecieron encarcelados siete años en Omán y Yemen. Hasta que el propio Felipe II ordenó pagar 500 coronas por el rescate de cada clérigo. Una vez en Goa Páez fue uno de los primeros europeos en probar el café y documentar cómo prepararlo.
Embarcado por su cuenta y riesgo en misión evangelizadora - aunque menos porque los etíopes eran ya cristianos- accedió a la corte del emperador Susinios y se convirtió en su consejero. Lo llegó a acompañar en varias de sus campañas militares. Es en uno de estos desplazamientos diplomáticos donde se topa con las fuentes del Nilo Azul, al sur del lago Tana. Páez está enterrado en una de sus orillas.
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