domingo, 20 de octubre de 2019

Ser humano contra tiranosaurio.

Steve Brusatte es un paleontólogo que va más allá de la información que obtienen otros paleontólogos de los huesos fósiles. Sabe lo que pasaría si una persona se encontrase con un T. Rex en un hipotético Parque Jurásico y quién ganaría. Spoiler: los humanos salen mal parados.

Una noche lluviosa en la Isla Nublar. El tiranosaurio ha aprovechado un apagón para superar la valla eléctrica y ahora amenaza al paleontólogo Alan Grant y a la niña Lex, nieta del propietario del Parque. La niña grita. Alan le tapa la boca y le susurra: "No te muevas. No nos verá si no te mueves". Y, paralizados, se quedan a unos palmos de las mandíbulas cerradas del dinosaurio terópodo, cuyo aliento revuelve el cabello - y  seguramente el estómago- de Lex.

Brusatte dice de la escena de la película de Steven Spielberg: "Es una escena muy interesante. Crea tensión y suspense, pero el olfato de un T. Rex estaba muy desarrollado así que habría detectado a la niña y probablemente se la hubiera zampado. También tenían un gran sentido del oído, por lo que la habría escuchado gritar y respirar. Además, su vista no era tan mala como sugiere el filme".

Los guionistas creyeron que el público reaccionaría mal si en una película de acción los dinosaurios se zampaban a una niña por lo que optaron porque el T. Rex detectara a Gennaro, el abogado de la empresa, en unos lavabos cercanos y lo partiera en dos. Y a Gennaro, en un cubículo de cemento, sí que no tenía manera de verle.

"Yo hubiera elegido una escena igual de emocionante en la que no hubiese necesidad de acercarse tanto a una depredador de cinco metros de alto y doce de largo, porque lo que se ve en la película es un comportamiento irresponsable por parte de los adultos a cargo de los niños. Un suicidio para cualquier persona", explica Brusatte.

Correr para huir de un T. Rex tampoco nos serviría de nada. Un ser humano corre a 6 kilómetros por hora, y no de forma sostenida. Un Tiranosaurio corre entre 16 y 24 kilómetros a la hora. El dinosaurio no necesita correr para alcanzarnos porque sus zancadas son más grandes. Pero si tenemos un coche, las cosas cambian, ya que el dinosaurio terópodo se quedaría atrás.

Individualmente y desarmados poco podemos hacer frente a los dinosaurios. Pero si nos hemos convertido en la especie principal de nuestro planeta es por nuestra capacidad para cooperar y para modificar nuestro entorno en base a nuestras necesidades. Así que frente a un pelotón de marines con armamento pesado y estrategias adaptadas al periodo Cretácico Tardío es probable que el Tiranosaurio viviera su último día.

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