jueves, 12 de marzo de 2020

Los Piccard, una intrépida familia de exploradores.

El abuelo Auguste fue el primero en subir a la estratósfera, Jacques inventó el batiscafo y Bertrand, el nieto de Auguste e hijo de Jacques dio la vuelta al mundo en globo y sin scalas. Los Piccard son una saga obsesionada por la exploración.

Los Piccard son pioneros en un campo vetado a la mayoría de los mortales: el de la exploración y la investigación científica.

Auguste Picard, el abuelo se convirtió el 27 de mayo de 1931 en el primer hombre el alcanzar la estratósfera con la única ayuda de un globo aerostático presurizado al ascender hasta los 15.781 metros de altitud. Fue la primera persona que contempló la curvatura terrestre.

Auguste se había licenciado en Físicas y daba clases en la Universidad de Bruselas. Su especialidad era el estudio de las radiaciones cósmicas pero pronto llegó a la conclusión de que los estudios de observatorio no eran suficientes para él. Le había picado el gusanillo de la exploración.

Su intención no era batir ningún récord pero al estudiar las radiaciones cósmicas desde el espacio logró 27 y creó una plusarca por ascencer en una cápsula presurizada atada a un globo aerostático hasta los 23.000 metros.

Auguste Piccard se relacionaba con Albert Einstein y con Marie Curie, y el dibuante belga Hergé se inspiró en su aspecto físico para crear al profesor Tornasol, el científico de los últimos albumes de Tintín.

En 1937, Auguste presenta un nuevo invento, el batiscafo. Era otra cámara presurizada diseñada para explorar las profundidades marinas llamada Trieste, el nombre de la localidad de la costa del Mediterráneo que corría con los gastos. Embarcó en el proyecto a su hijo Jacques, un estudiante de oceanografía, para que le acompañase en las inmersiones. El 30 de septiembre de 1953 llegaron hasta 3.150 metros de profundidad en el Mar Tirreno, la máxima hecha hasta el momento.

A diferencia de otras naves sumergibles de gran profunddad anteriores, el Trieste era autónomo y manejable, no comunicado con cables con los buques de superficie, lo cual era una ventaja, ya que ni Auguste ni Jacques podían permitirse el riesgo de que un cable se rompiese por la presión. Hubiera sido unas muertes horribles. El Trieste usaba para sumergirse un lastre formado por bolas de hierro que se iban soltando a medida que se quisiera ganar altura. También disponía de un globo con gasolina (más ligera que el agua) para garantizar la flotabilidad del Trieste.

La lucha por la exploración de las simas subacuáticas estaba echado. Dos franceses, el comandante Georges Houot y el ingeniero Pierre Wilm les arrebataron a los Piccard su marca el 15 de febrero de 1954 al descender con el batíscafo FNRS-3 hasta 4050 metros de profundidad. La Marina estadounidense compro al Gobierno francés el Trieste, y Jacques cruzó el Atlántico para trabajar en el perfeccionamiento de su nave sumergible. En 1960, Jacques Piccard y Don Walsh, capitán de la Marina estadounidense alcanzaron con el Trieste los 11,263 metros de la sima Challenger, situada en la fosa de las Marianas, el punto más profundo del planeta. Allí la presión esde 11.000 atmósferas.

En cuanto a Bertransd Piccard se doctoró en Medicina y trabajaba como psiquiatra especializado en Hipnosis, cuando le picó el gusanillo de la exploración. En 1999 dio la vuelta al mundo en globo aerostático sin escalas. Salió de Chateau D´Oex, en Suiza y aterrizó en un oasis de Libia, a 350 kilómetros al oeste de El Cairo. Más de 47000 kilómetros en 19 días, 21 horas y 47 minutos, cuando la cicunferencia de la Tierra es de 40.000 kilómetros.

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