lunes, 16 de marzo de 2020

Urraca I de León, la primera gobernante femenina de España.


Ha habido muchas reinas consortes en la Historia de España, pero hasta que llegó al trono de León Urraca I, hija de Alfonso VI, no se puede decir que ninguna haya reinado por su cuenta.

El 30 de mayo de 1108 el infante Sancho de Castilla, hijo de Alfonso VI y de una rehén musulmana llamada Zaida, muere en la batalla de Uclés contra los almorávides. El reino de Castilla se queda sin herederos varones al trono.

Los nobles leoneses pensaron que el sucesor perfecto debía ser el infante Alfonso, hijo de Urraca con su primer marido, Raimundo de Borgoña, pero quedaron sorprendidos cuando la propia Urraca no se conformó con ser regente sino que reclamó el trono para sí. Tras sopesar varias propuestas matrimoniales, Alfonso VI decidió casar a su hija con el rey de Aragón, Alfonso I el Batallador.

Este matrimonio fracasó porque no contaba del apoyo de amplios sectores a causa de la consanguinidad entre ambos, porque a causa del carácter fuerte y las pasiones políticas de ambos conyugues estos no se llevaban bien, y por un supuesto ramalazo de maltrato de género por parte del rey de Aragón  hacia su esposa, excusa que esta utilizó para apartarlo del trono castellano. Si las cosas hubiesen sido de otro modo, posiblemente los árabes hispanos se hubiesen encontrado una España unida con 400 años de antelación.

Alfonso el Batallador perdió el interés por el trono castellano cuando Urraca nombró a su hijo Alfonso rey de Galicia.

La corte era itinerante y Urraca tuvo que desbaratar varias conjuras de nobles que no creían que, por ser mujer, pudiese responder de la forma apropiada. La más sonada tuvo lugar en 1117 en Santiago de Compostela, cuando los ciudadanos se rebelaron porque creían que una ocasional alianza de Urraca con el obispo Gelmirez podía perjudicarlos. Sitiaron el séquito real en la torre de la catedral, en obras todavía. Urraca salió a parlamentar con los rebeldes y solo consiguió que le tiraran piedras y la desnudaran.

Urraca consiguió recuperar el control de la ciudad y desterró a los cabecillas de la revuelta en 1118.

Urraca gobernó del mismo modo que lo haría un hombre, cosa que no pudieron soportar ni los cronistas de la época. El autor anónimo del Cronicón Compostelano escribió de ella: "Gobernó tiránica y mujerilmente durante 17 años y concluyó de parto adulterino su infeliz vida en el castillo de Saldaña". Urraca I murió de parto el 8 de marzo de 1126. Usaba el sexo como sustitutivo del matrimonio, como un incentivo para establecer alianzas con hombres poderosos y mantenerlos dentro de su esfera de poder y vasallaje. El hijo que estaba pariendo era del noble Pedro Fernández de Lara, con el que ya tenía dos hijos: Fernando y Elvira.

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