El reclamo de una deuda fue el inicio de una protesta que acabó enla masacre de Boston, germen de la Revolución Americana.
Noche del 5 de marzo de 1770. Patrick Garrick es el joven aprendiz de un fabricante de pelucas. Su maestro le ha enviado hasta la guarnición del 9º Regimiento de a Pie para cobrar una deuda. El oficial moroso no solo no le recibe sino que ordena a un sodado de primera que lo acompañe al exterior. Ya fuera, Garrick se revuelve e intenta entrar de nuevo. El soldado le despacha con una tanda de culatazos.
El ambiente estaba revuelto en la colonia de Massachussets, ya que el Gobierno inglés les reclamaba fiscalmente impuestos en concepto de reparaciones de guerra a pesar de que británicos y colonos de Bostón y Nueva Inglaterra, así como algunas tribus indias, habían desmantelado el Imperio colonial francés durante la Guerra de los Siete Años, también conocida en aquellos lares como Guerra Franco-India. Jorge III grabó el papel, el vidrio y el té en sus colonias de Norteamerica.
Pero volvamos a esa noche de marzo de 1770. Garrick regresa con una multitud y tira nieve y trozos de madera al retén de guardia. Preston, el capitán de la guarnición sale a ver lo que pasa e intenta calmar a la multitud, dentro de sus limitaciones. Es en vano. Un soldado es derribado en un forcejeo, se le dispara el mosquete y los otro ocho casacas rojas entienden que ya pueden disparar. Tres colonos, entre ellos el mulato liberto Crispus Attucks mueren con la primera descarga. Otro, apellidado Maverick, morirá al día siguiente, y el quinto una semana más tarde.
John Adams, uno de los futuros Padres Fundadores, defiende a los soldados del 9º Regimiento de a Pie. Dijo que las muertes no fueron intencionadas sino fruto de la confusa algarada. Se hizo una marca en el pulgar a los ocho casacas rojas, como homicidas accidentales. John Quincy II, el abogado designado por la colonia de Massachussets opinó que se trataba de algo insufucuente pero lo dejó estar.
Paul Revere, un platero de Bostón, escribió en su descripción del incidente que Attucks era blanco y que el capitán Preston apoyaba el uso desproporcionado de la fuerza por parte de sus hombres, agobiado por la ira creciente de la multitud, imposible de aplacar con nada.
Este fue el germen de un movimiento ilustrado que progugnaba la Independencia de las Colonias de Norteamérica de la metrópoli inglesa con la consigna: "Sin representación no hay tributación" En 1773 un grupo de colonos vestidos como indios mohawk abordaron tres barcos mercantes ingleses y tiraron el cargamento de té por la borda ante de que se vieran obligados a pagar los aranceles. Tras esta tarea pagaron una poliza de seguros a los capitanes por los posibles desperfectos en las embarcaciones, como si se hubiese comprado la mercancía al precio no grabado. Es el famoso Tea Party.
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