El polémico Rodrigo Duterte.

Rodrigo Duterte se ha dado a conocer por insultar a Obama y hasta el Papa, pero dentro de Filipinas su fama es más siniestra.

"A todos los que estáis metidos en las drogas, a vosotros, hijos de puta, os voy a matar a todos". ¿Estas palabras las dice un borracho en un prostíbulo de Manila? No. Las dice el Presidente de Filipinas, mientras es aclamado por la multitud, después de ser nombrado presidente el 20 de junio de 2016. El 30 de junio fue más explicito cuando dijo a los comisarios de Policía de Manila:" Cumplid con vuestro deber y si en el proceso matáis a 1000 personas, yo os protegeré- Ha concedido condecoraciones y cantidades en metálico a los ciudadanos por asesinar a un camello o a un narcotraficante, pero también a simples consunidores de droga, aunque "cotizen" menos.

Para el otoño de 2016 el computo de esta cruzada contra las drogas era de más de 2000 personas muestas en ejecuciones extrajudiciales. Las ejecucuciones no solo las realiza la Policía sino también los Vigilantes, un grupo paramilitar vestido con ropas civiles que dispara ráfagas de ametralladora desde rápidas motos. Vuelven a poco y dejan sobre cada cadácer una nota con los supuestos delitos de los asesinados contra el Estado.

La guerra de Duterte va contra los distribuidores y consumidores de shabu - nombre local para las metaanfetamina-, la droga más barata del país.

Pero lo curioso es que Filipinas no es un país que tenga una especial prevalencia de las drogas sobre su economía subterránea. Según la Oficina para las Drogas de las Naciones Unidas, el consuno de anfetaminas entre la población alcanza el 2,35 cuando en Estados Unidos es de 2,20 y en Australia, de 2,90. La cifra de prevalencia en Filipinas es del 0,05 por ciento mientras que en Estados Unidos es del 5,41 y en Australia es del 3,30.

Estas guerras contra el narco son la habituales en la región. Cada vez que hay desórdenes sociales o se abre la brecha entre ricos ypobres. Tailandia, China, Singapur, Malasia y Vietnam hacen redadas espectaculares y se deja de hablar del problema social de turno.

El presidente anterior, Benigno Aquino III había conseguido unas cuotas de crecimiento increíbles; de 2010 a 2015 las inversiones extranjeras crecieron de manera exponencial, la inflación se mantuvo baja, lamoneda permaneció estable y las remesas de dinero enviadas por los inmigrantes iban en completo aumento. ¿Por qué un populista que ha llenado de miedo las vidas de miles de hogares de Filipinas consiguió sicederle con un 39 por ciento de los votos?

El poder ejecutivo de Filipinas está en manos de una oligarquía de empresarios y hacendados que llevan repartiéndose los cargos de responsabilidad desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Y Duterte es uno de los suyos. Su padre fue gobernador y sus hijos son alcaldes de poblaciones importantes. El mismo Duterte participó en las actividades de un escuadrón de la muerte paramilitar cuando era alcalde de Dávao. "Me he manchado las manos con la sangre de tres parásitos. Era necesario para que las cosas marchasen bien".

Su lenguaje es soez y barriobajero y los filipinos lo adoran por ello. Ha llamado "hijo de puta" a Obama. El presidente de color se ha encogido de hombros y redactó un comunicado:"ËL es así. No se puede esperar nada mejor de él". También Duterte dedicó unas observaciones a la madre del Papa Francisco a causa de los atascos que provocó en Manila durante una visita oficial.

Otra de las facetas que le han hecho popular entre los filipinos es su éxito con las mujeres, a pesar de ser un hombre casado en un país donde no hay ley de divorcio. Ya no vive con su ex, pero pasa religiosamente una pensión para sus hijos, vive con una segunda compañera sentimental y tiene dos amantes de diferentes amantes, tenderas en unos grandes almacenes de Manila.

Pocos se atreven a hacer una política de oposición seria contra los despropósitos de Duterte. Su principal opositota, la senadora Leila de Lima, está amenazada de muerte y ha sido acusada de r4ecibir dinero de un cártel de las drogas. Luego Leila de Lima fue acusada de mantener una relación sentimental con su chófer a pesar de estar casada; y por último la Policía detuvo a dos sobrinos suyos en el marco de una operación antidrogas. Para animarla a dimitir de su cargo, Duterte dice que tiene una lista negra con más de 150 políticos, opositores y jueces opositores a su forma de gobernar. Cuando los observadores militares le preguntan a Duterte qué pruebas tiene contra los que le llevan la contraria, dice: "Las pruebas pueden existir o no, pero yo me reservo la iniciativa de actuar y preservar la Presidencia".

El 1 de abril de 2020 ante las reclamaciones de ayudas económicas y sanitarias de los habitantes de los barrios miseria de Quezón y San Roque, incapacitados para ganarse la vida en medio de una pandemia de coronavirus y de una economía sumergida, se limitó a decir: "Si salís a la calle, si causaís problemas y ponéis en `peligro la vida de los demás, haré que la Policía tire a matar". La Policía, que le ha seguido el juego todo este tiempo, matiza: "Reprimiremos a esa gente, pero ni mucho menos tiraremos a matar. Eso desestabilizaría al país y no nos conviene en un momento en que tenemos más de 2000 casos".

El senador Aquilino Koko Pimentel, partidario de Duterte e infectado de coronavirus, estuvo en un hipermercado y llevó a su esposa embarazada al paritorio, a pesar de que tenía que estar en cuarentena. Duterte no dijo nada de aplicarle la "ley especial". Un nieto de Duterte se negó publicamente durante la visita a la empresa R&S a lavarse las manos con alcohol. Su padre tuvo que disculparse publicamente.