miércoles, 15 de abril de 2020

Eugenia de Montijo.

Era aristócrata, rica, muy guapa y elegante, frívola e irascible. Enamoró a Luís Napoleón Bonaparte y se convirtió en emperatriz de Francia. Tuvo una vida convulsa con aciertos - apoyó las investigaciones de Louis Pasteur- errores y tragedias. Eugenia de Montijo murió en Madrid, en el palacio del Duque de Alba, su cuñado, hace ahora 100 años.

Luís Bonaparte acababa de pasar revista a sus tropas y regresaba al Palacio de las Tullerías cuando descubrió a una aristócrata de orgen granadino en uno de los balcones. Fue un flechazo a primera vista. "Como puedo llegar hasta vos?", preguntó. "A través de la capilla", dijo ella. Puede que lo dijera literalmente porque la habitación que daba al balcón en que ella estaba daba a una capilla.

Eugenia de Montio era hija de Manuela Kirkpatrick, cuyopadre era un rico comerciante de vinos escocés y de Cipriano de Guzmán, un Grande de España.

Eugenia dio largas al principio a Luís Bonaparte pero fue cediendo poco a poco. Luís Bonaparte se fue deshaciendo de sus amantes, especialmente de la mundana y sofisticada Miss Howard. Eugenia contrajo matrimonio con Napoleón III el 29 de enero de 1853.

Tras varios abortos, la emperatriz trajo al mundo el hederero del trono francés en 1856.

Su hermana Francisca estaba casada con el duque de Alba hasta su muerte en 1860, el anno horribillis de la pareja imperial, porque ese año también sufrió un atentado. Sumida en la depresión, Eugenia ordenó derribar el palacete que estaba construyendo para su hermana en los Campos Elíseos, lo que le enfrento a su cuñado, Jacobo Fitz James Stuart.

Decisiones como esta hicieron que los enemigos de la pareja imperial opinasen que Eugenia era una muchacha voluble y caprichosa. Pero lo cierto es que Eugenia era una lectora consumada que protegía a los escritores como Prosper Merimeé. Desde 1856 tomaba parte en las reuniones políticas de su marido y logró que este indultase a varios presos de conciencia, además de impulsar la educación para niñas huérfanas.

Se gastaba una fortuna en su aspecto. Vestía trajes de alta costura del modisto Charles Frederic Worth. Durante una exposición de piezas egipcias en París vio unos broches del antiguo Egipto. Eugenia trató por todos los medios que el sultán de Egipto se los regalara, algo que hubiera pasado en detrimento del Patrimonio del protectorado, si el comisario de la exposición, Maspero, no les hubiera retirado de la vitrina para evitar que eso sucediera.

En 1861, durante unas vacaciones en Biarritz, Eugenia le contó a su marido los rumores que corrían acerca de la inestabilidad de México, que ya no podía pagar a las potencias europeas para hacer el país estable. Napoleón III convenció a Maximiliano de Habsburgo, cuñado del emperador Francisco José de Austria Hungría, para que se autonombrase emperador, y así poder frenar las aspiraciones de los estadounidenses sobre el territorio. La aventura terminó con Maximiliano ante un piquete de fusilamineto, en 1867, y con su esposa Carlota enloquecida por la muerte de su marido.

En 1870 Francia inaugura el Canal de Suez. lo cual es un éxito para la pareja imperial. El día de la inauguráción se estrenó la ópera AIDA de Verdi y se organizó un gran banquete en la población de Port Said.

Pero en enero de 1870, Napoleón restablece el régimen parlamentario en Francia, y aparta a su esposa de toda actividad política. La salud de Luís Bonaparte empeora por lo que redacta testamento. El 19 de  julio de 1870 Francia declara la guerra a Prusia y Napoleón III se pone al mando de las tropas, a pesar de que no se halla en el estado de salud adecuado. Tras la derrota de Sedán abdica y es encarcelado en el castillo de Wilhelmhome, cerca de Kassel.

Francia decreta la Tercera República y Eugenia de Montijo se refugia en Inglaterra. Tras seis meses de encierro, Napoleón III se reúne en ese país con sus familiares. Morirá el 9 de enero de 1873.

Su hijo, también llamado Luís Bonaparte se alistará en el ejército británico y morirá en una emboscada con los guerreros zulúes. Meses después muere Manuela Kirkpatrick, con lo que Eugenia de Montijo se convierte en una mujer abandonada a sus propias medios, odiada por lo que representaba su difunto marido y admirada por su elegancia y sus obras de caridad.

En otoño de 1880 compró una gran vivienda campestre en el condado de Hampshire, en cuyo finca construyó un monasterio católico, Saint Michael, donde enterró los restos de su hijo y de su marido.

En 1920 Eugenia de Montijo acude a Madrid para operarse de cataratas con el prestigioso oftalmólogo Barraquer. Eugenia se hospedó en los aposentos de su hermana con el consentimiento de su cuñado Jacobo Fitz-James Stuart. Alí reciboo las visitas de sus sobrinos, las de su ahijada, la reina Victoria Eugenia y de muchos artistas.

Eugenia planeaba regresar a Inglaterra cuando un ataque de uremia la mató el 11 de julio de 1920, a los 94 añosde edad, tras una vida intensa. Fue enterrada junto a su marido y su hijo en la capilla de Saint Michael.

PARA SABER MAS:

REINAS MALDITAS. (Cristina Morató)
Editorial Dedebolsillo.


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