sábado, 4 de abril de 2020

Florece Nightingale, la dama de la lámpara.

Florence Nightingale se negó a seguir eldestino de dama dela alta sociedad victoriana y estudió matemáticas y enfermería. Se embarcó a la Guerra de Crimea y cambió el sistema sanitario. Es la fundadora de la enfermería moderna. Ahora se cumplen 200 años de su nacimiento y se multiplican los homenajes a esta mujer terca y trabajadora, conocida como la Dama de la Lámpara porque inspeccionaba las instalaciones hospitalarias por la noche, sola, iluminándose con un cándil.



Las 39 mujeres llegaron al hospital de campaña de Scurati en otoño de 1854 y se toparon con un panorama desolador de toses, gemidos, mal olor, suciedad, enfermos hacinados, médicos agotados y oficiales indferentes.

La jefa de las 39 enfermeras se llama Florence Nightingale instala una lavendería, sábanas limpias, pijamas en condiciones para los soldados heridos, e uniformes adecuados e impolutos para las enfermeras. Eso la llevó a varios encontronazos con la Administración Militar.

Después, Florence se dedica a inspaccionar alcantarillado y desagües. Ordena la separación de las camas de los pacientes y ventilación en las salas de enfermería. Atiende que en el rancho del Hospital de Scurati haya más variedad de comida y sobre todo más fruta y verduras.

Florence se había enfrentado a su familia, que quería para ella lo mismo que todos los padres de la alta burguesía victoriana para sus hijas: un buen matrimonio. Prefirió estudiar enfermería, una profesión que los padres consideraban no mejor que la de las doncellas que ayudaban a vestirse a sus esposas por la mañana. Nightingale se formó en la institución para marginados de Kaiserwerth en Alemania. Muchas de sus ideas sobre la higiene las desarrolló en el Hospital parisino de Laboisìer, donde los enfermos disponían de luz y aire fresco.

En 1853 Florence fue nombrada Superintendente del Instituto para Cuidado de Señoras Enfermas: un sanatorio para mujeres de la alta sociedad. No recibía sueldo alguno pero le llegaba puntualmente una pensión paterna.

En 1854 los primeros corresponsales de guerra empezaron a escribir sobre las deplorables condiciones de los hospitales de campaña británicos en Crimea y del trato deficiente dispensado a los soldados heridos. Y allá se fue Florence con 39 enfermeras que ella misma había formado.

Sus conocimientos de estadística le enseñaron a presentar informes a los capitanes médicos acerca de lo que funcionaba y lo que no, qué alimentos eran adecuados para los enfermos y cuáles no. También se ocupó del bienestar psicológico de los soldados heridos, abriendo salas de lectura y procurando que las enfermeras escribieran cartas para que los enfermos se comunicaran con sus familiares. Durante la noche, Florence inspeccionaba las holeras de camas de los pabellones iluminándose con un cándil, lo que le valió por parte de la prensa el apodo de la Dama de la Lámpara.

Los 5000 hombres que fallecieron en el hospital de Scurati cuando Florence Nightingale murió no eran por heridas de combate sino por cólera por beber agua en mal estado, por tifus, disentería...Logró reducir la mortalidad de los pacientes del 40% al 2%.

La prensa ocultó al público que cuando Nightingale regresó de Crimea había sufrido brucelosis y su cuerpo sufría de strés postraumático y depresión. Aún así siguió trabajando. Fundo el Escuela de enfermería de Saint Thomas - la primera institución laica donde se formaba para tareas sanitarias a mujeres de clase acomodada-, hoy propiedad del King´s Colegue de Londres y supervisó los planos del Royal Buckinghamshire Hospital, el primero que se aprovechó de lo que Florence había aplicado en Scurati sin ser de propiedad militar. También formó a enfermeras para que atendieran a domicilio, lo que se considera el germen del Servicio Nacional Británico.

La prensa consideraba a Florence Nightingale una heroína y recibió muchos homenajes. El primer Ministro Gladstone y el escritor Charles Dickens acudieron a casa de Florence, situada en Mayfair, para tomar el té con ella. Y no fueron los únicos. A veces Florence tenía que fingirse indispuesta para no recibir gente porque detestaba la adulación.


Los héroes más grandes son aquellos que cumplen con sus deberes diarios y sus asuntos domésticos mientras el mundo va girando como una peonza enloquecida".

Es muy poco lo que se puede hacer bajo el espíritu del miedo.

FLORENCE NIGHTINGALE.

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