Hablamos con el hombre murciélago.

Y no; no estamos hablando de Batman. Daniel Kish nació con un cáncer de retina y los oftalmólogos le tvieron que extirpar los ojos cuando tenía 13 meses. Al poco empezó a usar la ecolocalización, es decir, a emitir chasquidos con la lengua, unos sonidos que parecían ayudarlo a orientarse. Ahora tiene 54 años  es capaz de pedalear en su bicicleta entre el tráfico orientándose como los murciélagos y los delfines. Vamos a adaptar una entrevista con él.

¿Cómo fnciona la ecolocalización humana?

Cada chasquido produce ondas sonoras. Estas rebotan en las superficies que nos rodean y vielven a mis oídos como un eco débil. Mi cerebro procesa esos ecos como imágenes dinámicas.

¿Qué ves cuando usas tus chasquidos?

Cada chasquido es como el flash tenue de una cámara. Construyo una imagen tridimensional que me rodea en torno a mí en un area de una docena de metros. Soy capaz de detecta un poste de un par de centímetros de grosor. A cinco metros reconozco coches y arbustos...

Es decir, que no necesitas un bastón blanco...

Sí que lo necesito. Me cuesta detectar los desniveles en el suelo u los objetos pequeños que caen sobre él.

¿Es peligroso explorar el mundo de esa manera?

La mayoría de la gente vive acojonada por toda clase de amenazas, muchas de ellas imaginarias. De niño trepaba a todas partes pero jamás me rompí un hueso.

Me ha chivado un pajarito que estás enseñando a usar la ecolocalización a otras personas ciegas.

World Acess ha formado a casi mil alumnos ciegos en 30 países. Y muchos ya pueden hacer cosas que antes no hacían por miedo. Creo que todos tenemos capacidad para laecolocalización. Estoy convencido de que los hombres primitivos la usaban cuando todavía no existía la iluminación artificial y tenían que asegurarse de que las cavernas eran seguras,