El juicio de los siete de Chicago, de Aaron Sorkin.

 Netflix quiere un Oscar. Lo intentó con la película Roma (2018) y El Irlandés, pero ahora parece que va a por todas con varios productos entre los que se encuentra este: EL JUICIO DE LOS SIETE DE CHICAGO, del director Aaron Sorkin

 

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En 1969 parece que el movimiento contracultural está contra las cuerdas. El fracaso del Mayo del 68, los incidentes de la Plaza de Tlatelolco en México D.F. y el fracaso de laa Primavera de Praga nos indican que el sistema paternalista hace aguas pero todavía es lo suficientemente fuerte y esta en manos de la gerontocracia de siempre.

En 1968 han muerto Martin Luther King y Bobby Kennedy y a muchos universitarios les parece que es totalmente imposible hacerse cargo de sus destios dentro del sistema. Así que en otoño de 1969, lo que parecía una simple manifestación contracutural contra la guerra de Vietnam en la Convención Demócrata se convierte en un enfrentamiente, entre porrazos, gases lacrimógenos y cargas de la Policía y la Guardia Nacional.

Por estos sucesos son juzgados ocho hombres: los yippies Abbie Hoffman y Tom Hayden, el Pantera Negra Bobby Seale, Jerry Rubin, David Dellinger, Rennie Davis, John Froines y Lee Weiner.

Si; ya sé. Son ocho. Pero Seale será pronto condenado por desacato e insultos al magistrado. Durante todo el juicio permaneció atado a una silla y amordazado, por lo que realmente son siete.

Hoffman y Hayden también montaron algunos números como proponer al jurado consumir LSD durante el juicio o aparecer un día en la sala de vistas con túnicas judiciales. Pero se demostró que la intención de los manifestantes no era subvertir el orden sino de hacer una protesta pacífica por lo que fueron absueltos de todos los cargos de conspiración en febrero de 1970 y a pagar una fuerte multa. Tampoco salió bien parado al magistrado, Julius Hoffman porque no preservó la imparcialidad del jurado e impidio que los abogados de la defensa, que salieron de la vista con cargos de desacato, interrogase a sus miembros sobre sus creencias.

Fueron llamados a declarar personajes de la contracultura y la izquierda estadounidense como el escritor Norman Mailer, el cantante folk Arlo Guthrie, el apostol de las drogas, en especial del LSD, Timothy Lerary y el reverendo Jesse Jackson.