Un équipo de arqueólogos británico y español está excavando el yacimiento de la Edad del Hierro de La Hoya (Álava, España) Se trataba de un castro berón, un pueblo prerromano, de 1500 habitantes. El lugar estaba amurallado y cintaba con división social.
Entre 750 y 250 a C el castro fue destruído por un pueblo rival y su gente pasada a cuchillo. Hay cadáveres de hombres, mujeres y niños. Entre los 13 cadáveres hallados dispersos entre los restos se han registrado decapitaciones, un brazo de muchacha joven cercenado y lanzado a dos metros de distancia del cuerpo de su propietaria. Se sabe que es una muchacha joven por los dos brazaletes del brazo, que no fueron expoliados.
"Posiblemente la muchacha fue asaltada en pleno día de mercado en lo que fue un ataque por sorpresa", explica al arqueólogo Javier Orodoño. "Mataron los rebaños pero dejaron los cereales y los objetos de metal. La mayor parte de la gente debió escapar. Se ha buscado entre los restos el cuerpo de algún agresor, pero hasta ahora no se ha hallado nada en ese sentido".
El castro no volvió a ser reconstruñido. Esto desmonta la creencia de que los berones eran personas pacíficas. "La violencia está presente en toda las sociedades de todas las épocas. Pero no siquiera incineraron sus cadáveres y los metieron en una urna, según la práctica funeraria de los berones. Por eso el castro de La Hoya es tan interesante".
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