(Un artículo de Amy Mc Keever y David Bear)
Según fuentes del New York Times, el presidente Donald Trump, ha cogido el COVID-19. Está ingresado por unos pocos días en el Walter Reed National Military Medical Center. Sus síntomas son: fiebre y congestión. Si le sucediese lo peor, dado que es persona de riesgo, sería el quinto presidente de los Estados Unidos que muere de enfermedad durante su mandato. (A otros cuatro los asesinaron).
No estaba previsto qué hacer cuando moría un presidente o se le declaraba incapacitado para seuir gobernando hasta 1967. Ese año la Corte Suprema ratificó en la 25 ª Enmienda que el vicepresidente se hacía cargo de todo el resto del mandato cuendo el titular de la presidencia muere.
El primer presidente en morir durante su mandato fue William Henry Davidson, que tuvo la mala pata de hacerlo a los 32 días de jurar el cargo. Dió su discurso inaugural sin abrigo ni chistera el 4 de marzo de 1841. Oficialmente lacausa de la defunción fue neumonía un mes después.
Davidson tenía dolor abdominal, diarrea, constipado, dolor muscular y síntomas respiratorios. Los patólogos del siglo XXI Jane Mc Hugh y Philip P. Mankowiak hicieron un informe en la revista Clinical Infectious Diseases en el que apuestan por el tifus.
En 1850, a los 16 meses de jurar el cargo, muere Zachary Taylor. Había estado celebrando el 4 de julio. Después regresó a la Casa Blanca donde tomo un aperitivo de cerezas, agua helada y leche. Se le diagnóstico gastroenteritis. Murió el 9 de julio de 1850. Los estudios patológicos posteriores desmintieron en pleno siglo XX los rumores de envenenamiento diciendo que podría haber muerto de cólera, dado lo malsano del agua de Washington en aquella época. Pero no dan su última palabra sobre el asunto, porque habría una docena de enfermedades infecciosas de las que podría haber muerto el presidente Taylor.
En 1919 Woodrow Wilson se halla en París donde negocia las condiciones de paz tras la Primera Guerra Mundial. Clemenceau exige a Alemania unas condiciones draconianas mientras Wilson se muestra más conciliador. Pero entonces enferma - y se recupera- de gripe española, por lo que no puede evitar el desquite contra Alemania de franceses y británicos.
Seis meses más tarde sufre un ictus que le causa hemiplejia. Su esposa toma algunas decisiones políticas en nombre del presidente Wilson y controla, como un verdadero poder en la sombra, quien tiene acceso a él hasta el final del mandato.
1923.El presidente Warren Harding sufre un derrame pero en realidad unas décadas después los patólogos forenses descubrieron que se trataba de problemas cardiacos. El presidente Harding estaba en plena campaña para la reelección cuando sufrió el ataque, por lo que se especuló que había sido envenenado en el tren presidencial. El convoy fue desviado hasta San Francisco, donde murió en una habitación de hotel. Su mujer, Florence, ordenó una autopsia y el embalsamado apenas una hora después.
En 1945 el que falleció fue uno de los presidentes mas respetados y queridos por el pueblo americano: Franklin Delano Rooselvelt. Discapacitado a causa de la poliemielitis, postrado en una silla de ruedas, sufrió un empeoramiento de su salud durante su segundo mandato.
En 1955 el presidente Eisenhower sufrió un ataque al corazón. Sus asesores y médicos le recomendaron dejar el poder y adelantar las elecciones presidenciales a 1956, pero él no hizo caso de las advertencias y concluyó su mandato.
El último presidente de esta lista de enfermos presideciales fue en presidente Ronald Reagan. Sufrió un intento de atentado por un loco en 1981, se operó de varios cánceres de piel menores pero lo que le mató después de dejar el cargo fue el Alzheimer, una enfermedad meurológica degenerativa. Los expertos dicen que ya se notaban algunos síntomas del deterioro en su segundo mandato, como el empobrecimiento lingüistico en sus discursos, pero la enfermedad no le fue diagnosticada hasta 1994.
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