¿Es Nerón el tirano sanguinario que todos creemos?

Que quede claro de una vez. La plebe amaba a Nerón y lo echaron de menos cuando el emperador Galba decretó su muerte. No lo asociaban con un chiflado capaz de tocar la lira desde lo alto de un acueducto seco mientras dos tercios de Roma ardían la noche del 19 de julio de 64. Ese rumor lo extendieron los senadores hartos de los derroches del erario público por parte del emperador y de que se apoyase exclusivamente en la plebe, a la que tan costosamente encandilaba. El rumor decía también que el emperador había ordenado el incendio para poder comprar baratos los terrenos sobre los que edificar un lujoso palacio, la Domus Aurea.

Un santo no era, desde luego. Mando ejecutar a su primera esposa, mató de una patada en el vientre e Popea, la segunda, mientras estaba embarazada. También se libró de la tutela y las intromisiones en el Gobierno de su madre Agripina- a la que los detractores de Nerón la acusaron de uno de los peores delitos sexuales de la época, el incesto con su hijo- mandando a los pretoriano de Tigelino a ejecutarla tras dos atentados fracasados. Es también responsable de la muerte de su hermanastro Británico. Pero esas eran las relaciones normales entre los poderosos de la época, sobre todo si el poder se basaba en la capacidad de las mujeres del clan de procrear. Herodes gobernaba así. Alejandro Magno conoció esa forma de gobernar. Cleopatra gobernaba así. Nada nuevo bajo el sol.

Flavio Josefo, un historiador judío contemporáneo, dice que los senadores que lo apoyaban a Nerón lo hacían porque le debían demasiados favores y aquellos que no habían recibido el rico maná en forma de privilegios o dinero estaban contando mentira tras mentira sobre Nerón. Dión Casio, Cayo Suetonio y Tácito secundan estas historias sobre un emperador psicopático.

El cronista cristiano Tertuliano tampoco tiene nada bueno que decir de Nerón. Es de cajón. Nerón ordenó la primera persecución oficial de los cristianos. Claro que es lo más lógico que puedes hacer con unos tipos que no intervienen en los ritos del culto imperial, crean división en la sociedad romana y poces días antes del incendio de Roma decían que Dios iba a purificar Roma por el fuego bajo el signo de Sirio. Algunos cristianos se lo tomaron tan en serio que cuando el incendio empezó cerca del circo Máximo propagaron las llamas con teas. A nadie le gusta los que dividen las familias con su proselitismo agresivo. Ni en 2020 ni en 64.  Sobre todo si no sabes que la base de lo que se predica desde la intransigencia y el fanatismo es el amor.

Nerón abrió las arcas públicas para que los supervivientes del incendio pudieran reconstruir sus casas y dio instrucciones a sus arquitectos Celer y Severo para que las nuevas insulae fueran más resistentes al fuego, con menos elementos de madera. También ordeno instalar a los supervivientes en los jardines de sus propiedades privadas mientras los vigiles luchaban contra las llamas. Desde luego no estaba cantando desde lo alto de un acueducto.