domingo, 12 de marzo de 2023

Ismael Molina. Brote psicótico y homicidio.


El esquizofrénico Ismael Molina publica ENEMIGA ÍNTIMA, un alegato contra la persona que le indujo a asesinar a su padre en 2019. Absueltos ambos, la sentencia no indica si es posible inducir un crimen por redes sociales.


Junio de 2019. El padre de Ismael todavía duerme cuando su hijo penetra en la habitación y le apuñala. La primera puñalada no fue mortal. El padre se levantó e intentó ofrecer resistencia. Las siguientes cuchilladas fueron en la nuca, el cuello y junto al corazón. Eran las 8:30 de la mañana. Ismael intentó prender fuego al domicilio familiar, se cambió de ropa, la guardó en bolsas de plástico junto a objetos paternos ensangrentados. Todo ello terminaría en el fonde de un contenedor. El asesinato se produjo después de que el joven adulto dejara los estudios universitarios, saqueara las cuentas familiares presuntamente por orden de una chica que jamás vio en persona antes del juicio y abandonara el hogar para malvivir en la calle.

Lo confesó todo a la Policía en las primeras horas tras el luctuoso suceso. Ni siquiera intentó ganar tiempo, culpar a otra persona o mentir. Habló de una presunta novia que había conocido en las redes sociales, Julia, con la que tenía supuestamente dos hijos por inseminación artificial. Le habían mostrado una ecografía y todo. Ismael no recordaba, eso sí, haber estado en ningún banco de semen. La chica trabajaba en un supuesto grupo parapolicial de los Mossos de Squadra que luchaba por las calles de Vilanova i la Geltrú contra un grupo mafiosos, que la tenía amenazada a ella y sus dos hijos recién nacidos. Como en las mejores películas de la serie B.

"Nunca quedará claro cuando empezó la enfermedad. Llega el momento en que la muerte es el día a día: se han cargado a uno, han secuestrado a otro... para mí esa fantasía se convirtió en algo habitual", afirma el propio Ismael, ahora en libertad tras pasar tres años ( de 2019 a 2022) en la unidad de Psiquiatría del Centro Penitenciario de Brians.

En el caso de Ismael se le ha considerado inimputable porque el homicidio ( no asesinato) se produjo durante un brote psicótico que "anulaba totalmente sus capacidades intelectivas y volitivas", lo que ha qiedado demostrado, y no por efecto de la esquizofrenia paranoide, con cuyo diagnóstico hubiese tenido un 90 po ciento de posibilidades de entrar en prisión, con la presencia de un jurado o sin ella.

"Lo único que se sale de lo normal es que el delirio suele ser inventado, pero esto fue inventado por una chica, Alba Arnau, no Julia, que simuló una relación de pareja con él, le quitó 7.000 euros de la cuenta corriente, fantasiosa y mitómana ( es decir que necesita actuar como si sus fantasías fuesen reales) como ella sola. Pero no se han encontrado evidencias de que la chica, que también ha sido absuelta, viese el corte del grifo económico por parte del padre de Ismael como una amenaza y le indujese a cometer el homicidio. "Se nos fue de las manos y no se nos ocurrió otra cosa que llevar la situación más y más lejos hasta que..." dice Alba Arnau.

"Un esquizofrénico o un psicótico condelirios paranoides que comete un delito de sangre no es permeable a ninguna influencia externa. Llegado a cierto punto, cuando ya tiene el cuchillo o cualquier arma en su poder, es difícil decirle que la suelte, como tampoco es posible inducirle a que haga algo si no está completamente convencido y tiene sus propios mecanismos de defensa", dice un psiquiatra forense.

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