HIT. Episodio 7º. Julia.

 Julia estaba obsesionada por el status de la gente de la jet set, de lo que cuentan ellos acerca de lo que se supone son sus vidas en las redes sociales. Así que decidió hacerse pasar por influencer con ropa prestada de los patrones de la finca en que trabajan sus padres, además de las joyas y el equipo informático. El empresario fue comprensivo y no despidió a los padres pero sí le pagó a Julia una estancia en el centro Aasha.

El episodio hace hincapié en que no hay sanidad psiquiátrica para todos, en que el Estado no se hace cargo de ciertos asuntos. Incluso Hugo compara su etapa como tertuliano de televisión y autor de libros polémicos sobre el sistema educativo con las labores de un influencer. Alguien que los demás siguen irreflexivamente, incluso cuando lo único que hace es quejarse porque el mundo no es como desea que fuese.

Se acerca el final de la saga. Hugo empieza a pensar en sentar la cabeza, haciéndose cargo de la responsabilidad de ser el cabeza de familia de sus hermanastras, en casarse con Francis- y hacerse cargo de Matt, el hijo de esta-. Va a estar demasiado ocupado para pretender cambiar el mundo y tajarse cuando las cosas no funcionan como él quiere y cuando le asalta la idea tóxica de que el mundo va por mal camino si HIT no está pendiente y al quite.

El grupo, especialmente Nora, quieren proteger a Julia cuando su mecenas ha sido encarcelado por una estafa y ya no puede pagar la estancia de la ex influencer en Aasha. Es más, las dos chicas comparan sus vidas. Nora ha visto mundo y crecido deprisa como modelo, pero no ha tenido unos adultos de referencia en los que poder confiar y despreocuparse cuando empezó a hacer el amor demasiado y a tomar narcóticos. Julia tiene la autoestima por los suelos porque solo era la hija de los guardeses de la finca, y ese era su único horizonte. Nora le hace saber que ese futuro no es tan malo. Luego inicia una relación clandestina lésbica con Julia, pero eso es otra historia.