El dictador español Primo de Rivera fue el primero de una serie de autócratas que vieron en la radio y el cine medios válidos para apuntalar su poder.
En 1926, Primo crea Plus Ultra, una agencia de noticias financiada con un presupuesto de medio millón de pesetas - de la época- anual. Con sede en París, el Gobierno español sobornaba a una lista de periodistas franceses y latinoamericanos para que cantasen las bondades del Régimen autoritario español. En 1924 el dictador logró que viera la luz un publirreportaje de 16 páginas que cantaba las excelencias de los políticos españoles en el poder.
En 1927 Primo de Ribera encargo el primer documental sonoro de la historia del cine español, que cantaba también las excelencias del Gobierno.
Al poco de llegar al poder, Primo de Rivera creó el Negociado de Información y Prensa, un organismo dedicado a la censura y la propaganda. También gastó una pequeña fortuna en convertirse en un magnate extraoficial de la prensa con la compra de una cantidad ingente de periódicos de provincias. Incluso lanzó su propia publicación, LA NACIÓN, donde escribían periodistas conservadores como Ramiro de Maeztu o José Pemartín.
En 1925 las tropas españolas hacen un desembarco anfibio en la bahía de Alhucemas que pone fin a la resisitencia contra el colonizador español por parte de Abd el-Krim, líder de los rifeños. El general celebró la victoria del Tercio, dirigido por el comandante Franco y el general Millán Astray, dándose baños de multitudes en Andalucía y Castilla. Aquel desfile terminó en Madrid. Los periódicos en manos del Régimen no hablaban para nada del papel jugado por la Legión Extranjera francesa o por los oficiales africanistas, sino que dijeron nada menos que la victoria era de Primo de Rivera, al que se comparaba con Napoleón.
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