viernes, 18 de octubre de 2024

Lindbergh.

 Raymond Orteig, un hotelero aficionado a las competiciones aéreas, había ofrecido en 1919 la suma de 25.000 dólares al piloto capaz de salvar sin escalas los 5.800 kilómetros que separan Nueva York de París. Charles Lindbergh, hijo de unos inmigrantes suecos, aceptó el desafía o bordo del monomotor Spirit de St Louis. El avión pesaba 1310 kilos pero podía doblar ese peso con la cantidad de combustible embarcada.

Luchando contra la fatiga y el cambiente y traicionero clima del Atlántico Norte, Linbergh concluyó su vuelo en 33 horas. Cuando su monomotor tomó tierra en el aeropuerto de Le Bourget le esperaban 150.000 franceses entusiasmados con la hazaña de este piloto de línea postal norteamericano.

No fue solamente una hazaña deportiva, sino el tirón publicitario que necesitaba la aviación comercial, ya que el número de pasajeros de vuelos comerciales en las líneas ya establecidas se cuadriplicó.

Lindbergh fue aclamado en una gira de conferencias en Sudamérica donde conoció a su futura esposa, Anne Morrow, hija del embajador estadounidense en México, también aviadora y escritora. Con ella como copiloto ganó el récord de velocidad entre Los Ángeles y Nueva York, y participó en otros vuelos aclamados por la prensa, ansiosa de nuevos héroes en un mundo que giraba cada vez más deprisa.

Los Lindbergh fueron felices hasta 1932, año en que un desconocido entro en la habitación de su bebé de 20 meses y dejó una nota escrita en un inglés deficiente exigiendo como rescate 50 millones de dólares en pagarés del Tesoro.

Un mediador entregó la cantidad pero el bebé apareció desnucado y por casualidad cuando un transportista se paró a hacer pis en una cuneta a pocos kilómetros del hogar de los Lindbergh. El rastreo de los pagarés del Tesoro, que vencían por entonces, llevaron hasta un carpintero judío con antecedentes delictivos, Bruno Richard Hauptman.

Hauptman fue interrogado a golpes por agentes de Homicidios. Le rompieron dos costillas, pero siempre afirmó no saber nada del asunto. Fue condenado a morir en la silla eléctrica. Hoy esta cuestión acerca de la culpabilidad o la inocencia es motivo de debate entre los historiadores. Algunos opinan que el secuestro fue ideado por el propio Charles Lindbergh para llamar la atención y que desnucó a su hijo por accidente al bajar por una escalera de madera con un travesaño roto. También está el hecho de que el perro de la casa, un ladrador de cuidado, no reaccionara.

En 1935 los Lindbergh se trasladan a Inglaterra en pleno clime prebélico y Charles acepta la invitación de visitar fábricas de aviones por parte de Hermann Göering. Incluso se le permite pilotar un Messermitch 109, el principal caza de combate alemán. Lindbergh informa a los Servicios de Inteligencia estadounidenses de lo que ve, pero es posible que Goering quisiera acobardar a los estadounidenses con el poderío aéreo de la Luftwaffe.

Lindbergh aplaudió los postulados racistas, antisemitas, eugenésicos de los nazis y las doctrinas aislacionistas que abogaban por no inmiscuirse en la política europea. Pero no estaba solo en estas ideas. Muchos estadounidenses de clase alta veían en el nazismo una manera de preservar las oligarquías tradicionales y evitar la llegada a las élites sociales de los nuevos ricos. Hitler era el hombre del año 1938 de la revista Time.

Tras el ataque japonés a la base naval de Pearl Harbour en diciembre de 1941, muchos vieron en Lindbergh a un aislacionista peligrosos que simpatizaba con los nazis. Charles quiso lavar su imagen probando bombarderos B-24 en condiciones de hipoxia por gran altitud y asesorando a los ingenieros aeronáuticos que diseñaban el caza Corsair F4U, lo que lo llevó a combatir en el frente del Pacífico en unas cuarenta misiones de guerra.

Tras el descubrimiento de los campos de concentración nazis Lindberg trató de consolarse declarando a la prensa que es lo que les hubiese pasado con toda seguridad a los civiles japoneses encerrados en unas instalaciones parecidas si las tropas del emperador Hirohiito hubiesen pisado suelo estadounidense o bombardeado ciudades de la costa Oeste.


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