lunes, 9 de diciembre de 2024

Los juicios a animales durante la Edad Media.

 Consideramos la Edad Media como un periodo oscuro marcado por la superstición. Algo de eso hubo. Pero también es cierto que se fundaron muchas de las instituciones que son fundamentales para el hombre actual como los tribunales, y el hecho de que todos, como seres creados por Dios, teníamos derechos y responsabilidades.

Si un animal causaba daños a las cosechas o mataba a un humano se consideraba que, aunque inferior a los seres humanos, había cometido un delito y debía responder de ello. Se suponía que los animales eran seres morales que tenían discernimiento entre el bien y el mal, por lo que se nombraban jueces y abogados defensores que hablaban en nombre de las bestias. Los animales podían ser expuestos a exorcismos y a excomuniones, tanto individuales como colectivas.

Los juicios contra animales domésticos se llevaban a cabo contra cerdos, perros, caballos, vacas, etc, que habían malherido o matado a personas. Estas bestias tenían derecho a juicios con cargos, testigos y el derecho a apelar la sentencia.

Los juicios contra las plagas estaban destinados contra animales que dañaban las cosechas como los ratones, las langostas, las orugas, etc. En este caso no era tanto proteger las garantías judiciales del animal transgresor sino proteger a la comunidad de las molestias y perjuicios que estos causaban. Esto significaba anatemas, exorcismos y excomuniones.


Falaise, 1386. Una cerda fue ahorcada por haber matado y mutilado a un niño. La cerda fue vestida con una falda y un corpiño y ejecutada públicamente en la plaza del pueblo. Otra cerda de Savigny-sur-Etang fue acusada de haber matado a un niño de tres años en 1457. Tras un juicio formal, con un abogado defensor y testigos, la cerda fue declarada culpable y condenada a la pena capital. También fue vestida con ropas de muchacha humana antes de ser ahorcada.

Es célebre el juicio contra las ratas de Autum de 1522 en que los roedores fueron acusados de destruir los cultivos. Se les asignó un abogado defensor que dijo que si las ratas no se presentaban en el tribunal para declarar era por miedo a los gatos de los vecinos.

En 1713, en Brasil, las termitas fueron acusadas de destruir un convento franciscano. El juez defensor dijo que las termitas tenían derecho a alimentarse de la madera, cuando era un hecho de que era su único alimento, y que habían ocupado el edificio antes que los monjes,por lo que podían reclamar al propiedad del edificio.

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