viernes, 31 de enero de 2025

Buck y Fox negocian unas galletas de pollo.

(Escena: Un salón tranquilo. Buck, un Border Collie de tres años, duerme profundamente en el sofá. Fox, el pequeño Yorkshire, está acurrucado en su cama junto al sofá. De repente, Buck se despierta de golpe, estira las patas y se lanza al suelo con energía, haciendo ruido al saltar. Esto despierta a Fox, que lo mira con una mirada de puro mal humor.)

Buck: ¡Fox, Fox, Fox! ¡Es hora de jugar al pilla pilla! ¡Levántate, vamos a divertirnos!

Fox: (gruñe y estira las patas con pereza) ¿Pilla pilla? ¿A estas horas? ¡Son las... las... las 3 de la tarde! ¡Qué tarde para empezar a correr como un loco, Buck!

Buck: ¡¡Ay, no importa la hora!! Lo importante es que hay que mover esas patitas. ¡Venga, levántate, que yo soy rápido, pero te voy a pillar!

Fox: (se sacude y se estira dramáticamente, mirando a Buck como si fuera un idiota) Tú, rápido... ¡Jajaja! ¿Seguro que sabes lo que es correr, grandulón? Yo te gano en rapidez, lo sabías, ¿verdad?

Buck: ¡Vamos, Fox, no seas gruñón! ¡Juguemos! Yo prometo no arrancarte la cola esta vez. (sonríe con su típica expresión de Border Collie entusiasta)

Fox: (se levanta de su cama y empieza a dar vueltas alrededor de Buck, ladrando con enojo) ¡Ni lo sueñes, peludo! ¡Fuera del sofá! Este es mi reino, y no quiero que el campeón del mundo del salto de sofá venga a molestarme. ¡Lárgate ya!

Buck: ¡Pero Fox! ¡Yo solo quiero jugar! (con voz de cachorro desesperado) ¡Te prometo que no saltaré en tu cama, ni en tu lado del sofá! Solo quiero que me persigas un poco.

Fox: (hace una pausa, como si estuviera considerando la oferta) Hmm... bueno, quizás te deje quedarte si... (pone cara de quien tiene una idea brillante) ¿Qué tal si me traes una galletita? ¡Una galletita bien crujiente! ¡Y solo entonces, veremos si te dejo jugar un rato!

Buck: ¡Galletitas! ¡Sí, claro! ¡Te traigo 27! ¡Las galletas más crujientes del mundo! (se entusiasma, pero luego se detiene) Eh, espera... ¿tú en serio crees que me voy a ir a la cocina solo por un par de galletas?

Fox: (con voz de mando) ¡Sí! ¡Y que sean de pollo! (baja las orejas y se sube en el sofá, como si ya hubiera ganado la batalla) Si no, te quedas en el suelo. Y en cuanto al juego... ¡bueno, hablemos después de que me traigas lo que te he pedido!

Buck: (rueda los ojos, resopla de manera juguetona, y se queda mirando a Fox) Bueno, si eso es lo que hay que hacer para jugar, lo haré... Pero espero que no me hagas ir a la cocina de nuevo solo porque se te antojen galletitas de carne de res, ¿eh? ¡Te lo juro que me haces correr más que el propio pilla pilla!

Fox: ¡Eso, eso! ¡Ve rápido, Buck! (se acurruca en el sofá, con una sonrisa satisfecha) Si me traes lo que quiero, prometo no ladrar más.

Buck: ¡Ya verás, Fox! ¡Volveré con las galletas más ricas que hayas probado! (se da la vuelta y corre hacia la cocina) ¡¡No te muevas!! ¡Ya vengo!

Fox: (murmura mientras observa a Buck marcharse) Como si no supiera cómo funciona esto... ¡Qué fácil es manipular a esos perros grandes!

(Buck regresa rápidamente con una galletita, y Fox, como si nada, le lanza una mirada arrogante.)

Fox: (ladrando con tono triunfante) ¡Te dije que corrieses! Ahora, ¿dónde está mi pilla pilla?

Buck: (se tumba, exhausto de tanto correr por una simple galleta) ...Vale, creo que he aprendido la lección. Pero ¿dónde está mi galleta?

Fox: ¡Esto es lo que pasa cuando intentas jugar con un profesional! ¡Te dejo sin galletas y aún me haces un masaje de barriga!


 

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