(En el interior de la furgoneta, en medio de una ola de calor veraniega. Yogui, un perro mestizo canoso, está tirado en el asiento trasero, con la lengua afuera. Mikel, su amo, está al volante, sudando y con la ventanilla bajada. La furgoneta avanza lentamente mientras la ola de calor aprieta.)
Yogui: (con voz cansada y un tono quejoso) ¿Mikel, por qué estoy tan pegajoso? Si esto sigue así, mi pelaje va a convertirse en un parqué de madera. ¿No te lo decía? París no era buena idea. Yo te dije: "¡Mikel, con este calor, ni se te ocurra!" Pero, ¿quién me hace caso? ¡Nadie!
Mikel: (mirando al frente, entre resoplidos) Pero Yogui, ¡era un viaje a los Juegos Olímpicos! ¡Era una oportunidad única! Y ya sabes cómo me encantan esas cosas, las emociones, la adrenalina... (el aire acondicionado no da abasto)
Yogui: (gruñendo) Emoción, emoción... lo que siento yo ahora es que me estoy convirtiendo en un perro asado. ¡Me están saliendo canas en la lengua de tanto sacar la lengua! ¿Adrenalina? ¡Más bien deshidratación!
Mikel: Bueno, ¡el viaje era para disfrutar, no para quejarte! ¿Has visto qué vistas? ¡La Torre Eiffel! (El coche acelera un poco mientras pasa una señal de "París 200 km", pero la furgoneta va claramente en dirección opuesta.)
Yogui: (mirando el mapa) ¿Vistas? ¡Si esto parece más bien un horno con ruedas! Yo no sé cómo lo haces, Mikel, pero cada vez que giras el volante, parece que nos alejamos más de París y nos acercamos más... (se asoma a la ventanilla) ...¡¿A San Sebastián?!
Mikel: (confuso, mirando el GPS) Uh… bueno… un desvío pequeño. No pasa nada, Yogui. ¡Es que me salí un poco de la ruta, pero ya sabes, la vida es una aventura! Siempre podemos parar en San Sebastián y... comer unos pintxos, ¿qué dices? (sonríe como si fuera un gran plan)
Yogui: (mueve las orejas y olfatea el aire) ¡¿Pintxos?! ¡Eso sí que es un buen plan! Aunque, sinceramente, preferiría estar comiendo un ventilador de helado y no tanto estar asado en este coche. (baja la cabeza) Pero oye, si me invitas a unos pintxos... ¡Igual cambio de opinión!
Mikel: (sonríe mientras maneja) ¡Te prometo que, si te portas bien, habrá pintxos para ti, Yogui! ¿Qué prefieres? ¿Chistorra o tortilla de patatas?
Yogui: (pensando por un momento) Mmm… ¡Chistorra! Pero que esté bien jugosa, ¿eh? ¡Y con su trozo de pan! Y si me das un poco de tu cerveza, ya te juro que olvido completamente que el aire acondicionado está roto, que casi me cocino vivo y que París se quedó en el olvido.
Mikel: (riendo) ¡Eso se soluciona fácil! Te prometo una chistorra XXL, ¡y tú me das todo tu cariño y confianza! ¡Negociado!
Yogui: (sonriendo) ¡Trato hecho! Pero, si te soy sincero, Mikel... el aire acondicionado nunca me ha gustado, ¿sabes? Siempre que lo pones, me congelo las orejas. Mejor sin aire, ¡pero con playa! ¡Eso sí sería el viaje perfecto!
Mikel: (mirando por el retrovisor mientras se acerca a San Sebastián) Playa... (sonríe) Bueno, parece que vamos a conseguirlo después de todo, Yogui. ¡Y cuando lleguemos, yo también me voy a dar un chapuzón! Pero sin pintxos, no va a ser lo mismo.
Yogui: (con mirada pícara) A este paso, Mikel, con el calor que hace, vas a estar chapoteando en la playa... ¡y yo en la terraza, tomando pintxos!
Mikel: (riendo) ¡Perfecto! Es el plan ideal, entonces. ¡San Sebastián, allá vamos!
Yogui: (se acomoda en el asiento trasero y cierra los ojos, complacido) ¡Y la próxima vez, olvídate de los Juegos Olímpicos! ¡Lo que necesitamos es una furgoneta con aire acondicionado y un buen estómago lleno de chistorra!
Mikel: (con una sonrisa) ¡Trato hecho, Yogui! ¡A disfrutar de los pintxos, entonces!
(El sol sigue brillando, la ola de calor sigue apretando, pero ambos están contentos de haber llegado a su destino: San Sebastián, con un viaje inesperado y muchas carcajadas por el camino.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario