Dices en tu libro CESAR CONTRA CATÓN. LA RIVALIDAD QUE DDESTRUYÓ LA REPÚBLICA ROMANA que el origen de este dramático enfrenaamiento hunde sus raíces en la Conjura de Catilina.
En el año 63 a de C, Catilina, un político romano, intenta derrocar al Gobierno de Roma. Varios de los senadores rebeldes fueron capturados con pruebas de este complot. El Senado tenía que decidir la mejor manera de castigarle y disuadir a otros políticos ambiciosos de acometer hazañas semejantes. Catón abogó por la ejecución inmediata de los implicados por alta traición. César quería que se les encarcelase hasta su muerte.
Catón intentó implicar a Cesar, que había simpatizado con Catilina en los primeros momentos de la conjura, en la conspiración. A partir de ese momento, su antagonismo fue notorio. En Roma no existían los partidos políticos, tal y colo los conocemos en el siglo XXI, así que el debate se centraba a menudo en la rivalidad de los líderes de las diversas facciones senatoriales.
Dices que César simpatizaba en los primeros momentos de la conjura con Catilina.¿En qué te basas para hacer una acusación tan grave?
Catilina y César eran amigos y César lo había apoyado políticamente antes de que se rebelara contra el Senado. Sin embargo, cuando supo que Catilina planeaba marchar contra el Senado con un ejercito se quitó de en medio y empezó a apoyar a Cicerón, el cónsul en aquel momento. Los enemigos de Cesar intentaron implicarle en la conjura pero Cicerón se negó a acertar los cargos.
César y Catón tenían personalidades fuertes e incluso contradictorias. ¿Cuáles fueron sus diferencias en ese sentido?
César llevaba túnicas caras, a la moda; tuvo aventuras amorosas con las principales mujeres de Roma; cuando hubo que organizar como editor juegos de gladiadores, estón llevaban protecciones de plata.
POr el contrario, Catón era un asceta de vida casi monacal. Llevaba una túnica vieja y remendada y su casa era modesta. Intentó deshacerse de las luchas de gladiadores y pensaba que a estos luchadores debía premiárseles con rábanos y pepinos en lugar de recompensas económicas. A Catón le gustaba el vino rebajado con agua y César llegó a decir que era un alcohólico. Catón contraatacó diciendo que era el único hombre que se atrevía a tratar de derrocar la República sobrio.
Cuando Julio César invade Roma en 49 a de C, Cicerón huyó de la ciudad. Catón hizo lo mismo. ¡Se les puede considerar cobardes?
A los ojos de la plebe, que apoyaba sus magistraturas,podía parecer que eran cobardes, pero César en ese momento llevaba unos años luchando contra los Galos, y su ejército era leal a su líder y patente. Habría sido una imprudencia buscar el choque inmediato.
Ni César ni Cicerón sabían nada de mandar tropas y les daba bascas los cadáveres en un campo de batalla. Cicerón esperaba un acuerdo diplomático, mientras que Catón esperaba cortar las líneas de suministro de César. Pero lo único que podía respetar César y disuadirle de ideas eran unas tropas tan fogueadas como las suyas. Le habían pedido a su rival, Pompeyo, que disolviese su ejército. Catón le dijo que reuniese tropas e hiciese frente a César, lo cual ocurrió con derrota de Pompeyo en Farsalia.
Dices en tu libro que la guerra civil entre los optimates de Sila y los populares de Mario, y la posterior brutalidad de los partidarios de Sila cuando ganaron, tuvo mucha influencia en lo que pasaría unas décadas después en el Senado. ¿En que medida estos acontecimientos influyeron en las vidas de Catón y Julio César.
Tanto optimates como populares cometieron atrocidades. Sila ordeno que muchos patricios romanos fuesen asesinados por escuadrones de asalto, y confiscó sus propiedades. César, entonces solo un adolescente, estaba casado con la hija de un líder popular. Sila quería que se divorciase de ella, pero César se negó. Tuvo que esconderse un tiempo, así que tenía una idea bastante clara de lo que era jugar a la política y perder.
Catón vio ejecuciones atroces, a pesar de ser más joven que César. Pensaba, y con razón, que Sila era un tirano y su pesadilla era que otro general tan poderoso como Sila se hiciese con el poder y marchase hacia Roma al frente de un ejercito.
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