lunes, 23 de febrero de 2015

El último bailarín de Mao, de Bruce Beresford.

Me ha dado fuerte por los biopics, y para más inri, resulta que esta película sí la he visto. Además me da pie para hablar de la tragedia que resultó ser para China su Revolución Cultural.
El protagonista de esta cinta es el bailarín de ballet Li Cunxin, reclutado a los 11 años, sin saber muy bien en qué se metía, para aprender ballet por cuenta del Estado. En realidad, esta cinta parte de las mismas premisas que RED ARMY. Los chicos no tienen permiso para saber si quieren hacer otra cosa o no, pero la disciplina casi militar, los convierte en los mejores bailarines de ballet de Asia.
"Los tres primeros años fueron horribles. Ballet... ¿Qué puñetas era eso? Yo era un hijo de campesinos y había oído hablar de las bailarinas, esas chicas que caminan sobre las puntas de sus pies. Pero no sabía cómo se las arreglaban para hacer eso. También había visto a las mujeres ancianas de mi aldea. Todavía insistían en vendarse los pies. Sólo podían caminar sobre sus talones. Yo no quería terminar así, con los pies desfigurados".
Con trabajo duro y la ayuda del coreografo del centro, señor Xiao, aprendió a bailar. Li y sus compañeros veían a escondidas videos del bailarín desertor de la Unión Soviética Barishnikov, algo prohíbido. Li se emociona todavia cuando recuerda como Barishnikov le felicitó tras un ensayo en los Estados Unidos.
Durante la etapa de la Revolución Cultural, Li tuvo que bailar ballets de un nulo valor artístico, pero de gran contenido propagandístico, como "El batallón rojo de mujeres" o "La muchacha del pelo blanco".
"Jiang Qin, la esposa del Mao, quería operas tipicamente chinas, con elementos de las danzas tradicionales campesinas. Pero son dos culturas completamete diferentes. Los movimientos de cada uno de esas danzas no se pueden combinar, ¿sabe? A Xiao le encargaron coreografiar las nuevas danzas, y como vieron que el resultado era bochornoso, lo arrestaron como elemento contrarevolucionario"
"Las chicas salían con uniformes de la Guardia Roja y fusiles de atrezzo. Artisticamente esas danzas no valen nada, pero como documento histórico creo que deberíamos conservarlas. Estamos perdiendo tantas cosas en China tras la nueva economía de Deng Xiaoping..."
Cunxin fue elegido para representar a China en un programa de intercambio cultural, se enamoró de una chica norteamericana que bailaba en el Ballet de Houston, y decidió desertar de la República Popular China.
Cunxin no volvería a ver a sus padres hasta 10 años después, cuando Bush Padre y su mujer Bárbara presionaron a la embajada china para que concediera un visado de viaje a los ancianos y pudieran ver bailar a su hijo Li.
Actualmente retirado del mundo artístico, Li es un hombre de negocios de nos 40 años, que da charlas sobre las claves del éxito a los ejecutivos de las multinacionales de la República Popular China, a donde viaja a ver a su madre y sus 6 hermanos unas tres veces al año.


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