jueves, 7 de septiembre de 2017

CHURCHILL, de Jonathan Teplitzky.

Mañana se estrena este biopic del periodista, héroe de la guerra de los boers, Ministro de Marina durante la Primera Guerra Mundial y líder de Gran Bretaña en los tiempos oscuros de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill.
La película está centrada en las dudas del gran estadista cuatro días antes de dar la autorización a las fuerzas aliadas para desembarcar en Normandía (6 de junio de 1944). Los aliados estaban presentes en Italia, pero este segundo frente a Stalin, un aliado a regañadientes, le parecía una muestra secundaria de la implicación de Inglaterra en el conflicto. Exigía la apertura de un tercer frente en la costa occidental de Francia.
Esto le llevó a un conflicto sobre si debía ordenar una tercera operación anfibia tras los fiascos de Dunkerque (1940) y Dieppe (1942). Propuso un desembarco en la Riviera francesa, pero Montgomery se mostró renuente a cruzar con sus blindados los Alpes. Churchill también se acordaba de las consecuencias de las operaciones anfibias en Gallipolli durante la Primera Guerra Mundial. Un fracaso semejante podría costarle el puesto de Primer Ministro, además de la confianza del pueblo inglés en su capacidad de liderarles en tiempos tan oscuros como esos.
El otro conflicto fue con el presidente norteamericano Franklin Delano Rooselvelt y el mariscal de campo inglés Montgomery. Estos no querían compartir información con De Gaulle, al que consideraban un dictador en ciernes. Churchill usó sus dotes de negociador para recordarles de que necesitaban a Pierre Koenig, el jefe de la Resistencia Francesa, para coordinar el sabotaje de las líneas de ferrocarril y de telégrafo y telefonía nazis. De todas maneras no se invitó a De Gaulle a Inglaterra hasta unas horas antes de que el desembarco fuera un hecho.
Curiosamente Gran Bretaña y las costas de Normandía vivían una ola de calor a finales de mayo de 1944. Se marcó el día 5 como fecha de la invasión. Desgraciadamente, el día 4 el mar se picó y las corrientes marinas se volvieron más fuertes. Cuando parecía que se iban a tardar semanas en desembarcar, en detrimento de los hombres que tuviesen que hacerlo, el tiempo mejoró el 6 de junio. Eisenhower y Montgomery se animaron a seguir adelante con el plan, antes de que Rommel concentrase a más divisiones blindadas y de infantería en el Muro Atlántico. Churchill no quería seguir.
La noche del día 5 se acostó y le susurró a su mujer, Clementine: "¿Te das cuenta de que mañana  cuando te despiertes habrán muerto 20.000 hombres?". Sólo se produjeron 3.000 bajas aliadas el 6 de junio de 1944.

PARA VER:
https://www.youtube.com/watch?v=52QcrzVy014

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