miércoles, 21 de febrero de 2024

50º aniversario de la aparición de los guerreros de terracota.

 El Mueso Lintong está ubicado en las afueras de la ciudad de Xi´an. El arqueólogo Zhao Kangmin era su único empleado cuando sonó el teléfono. "Unos campesinos han hallado cabezas humanas y restos de terracota", le informaron. Era el 25 de abril de 1974. Zhao salió disparado para la comunidad de Xiyang.


 

Al llegar, un comisario político le informó que 28 días antes, el 23 de marzo, siete campesinos habían recibido órdenes de excavar un pozo. Primero se encontraron con tierra rojiza y dura y luego lo que se parecía mucho a un la cabeza de un guerrero de terracota. Hallaron más cabezas, piezas de bronce que se asemejaban a pùntas de flecha y otros fragmentos de armaduras. Todo lo cual acabó en manos de un chatarrero por precaución. La Revolución Cultural seguía adelante y no era raro el día en que los guardias rojos destruían en los propios museos patrimonio chino o detenían a los arqueólogos por "tratar de resucitar el pasado feudal de China".

Zhao Kanming conocía las deslumbrantes descripciones del legendario historiador Sima Qian sobre los funerales de Qin Shi Huang, el gran unificador de China y su primer emperador, azote de los pedagogos confucianos. Mas de 700.000 trabajadores esclavizados trabajaron durante décadas para construir un mausoleo secreto que simulara la geografía china, con ríos de mercurio y palacios en miniatura. Los alquimistas chinos le aseguraron a Qin Shi Huang que la ingestión de mercurio le prologaría la vida hasta la inmortalidad pero lo cuerto es que le acortó la misma tras cincuenta años de reinado.

El propio Zhao ordenó restaurar dos estatuas de guerreros de terracota y exhibirlas en su museo de Lintong pero no se atrevió a más. Desgraciadamente el periodista Lin Anwen visitó de forma extraoficial el museo de Lintong y vió las dios magníficas estatuas de 1,78 de estatura. Zhao le rogó que no publicase nada pero Lin Anwen no se resistió a aquella irresistible exclusiva. El Gobierno, para sorpresa de Zhao, no ordenó destruir los restos ya escavados sino que financió una excavación en toda regla al camarada arqueólogo.

Junto a estatuas de diferentes cargos y orígene4s étnicos chinos habías figuras de caballos, carros desmontados, vasijas de bronce, joyas de jade, adornos de oro y plata...todos ellos en un espacio pretendidamente palaciego con sus cocinas, jardines y establos...todo ellos dividido en cuatro estancias ya excavadas cuyo centro era la tumba del primer emperador todavía sin excavar. Las piezas tenían buen aspecto por la alcalinidad del terreno pero su pintura se desconchaba al aire libre.

Qin Shi Huang unificó los siete estados chinos mediante la invasión y la guerra, sobrevivió a varios intentos de asesinato, estandarizó la moneda, prohibió las enseñanzas de Confucio, unificó las medidas y la escritura chinas, conectó las ciudades con un sistema moderno de calzadas y empezó a construir los primeros muros de la Gran Muralla China.

El complejo funerario de Qin Shi Huang está forrado con millones de gemas que representan el firmamento, como guía de la astrología para obtener su victoria sobre la muerte, un enemigo con el que no pudo. Y para proteger la tumba de los saqueadores ordenó que los trabajadores fueran asesinados en los alrededores del lugar.

En 1990, Beijing reconoció a Yang Zhifa como autor del hallazgo, ya que fue el campesino que informó a su supervisor del hallazgo. Tiene un esteroide con su nombre. Zhao Kanming también recibió homenajes como supervisor de las excavaciones.

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