La bellísima y magnética María Tarnowska maquinó el asesinato de su prometido, el conde Kamarowski, en su palacio de Venecia con la ayuda de sus dos amantes. El caso dio la vuelta al mundo e inspira la última novela de Reyes Monforte, "La Condesa Maldita".
Era la mujer más deseada de la Europa de la Belle Epoque, con permiso de la Bella Otero. La condesa Tarnowska copaba del mismo modo las tertulias de los cafés como los bailes de la aristocracia. En septiembre de 1907, fue acusada de inducir el suicidio de su prometido, el conde Pavel Kamarowski, con la ayuda de dos de sus amantes. Uno era el abogado Donato Prilkov, y el otro era Nokólai Naumov, el traductor ruso de la obra de Charles Badelaure. La prensa europea se puso a comparar a la condesa Tarnowska con las vampiresas del Este de Europa y con Lucrecia Borgia.... El New York Times es el medio de comunicación que llegó más lejos al comparar a la Tarnowska con la hechicera Circe, la que convertía en cerdos a los hombres que se enamoraban de ella.
Mientras los líderes revolucionarios rusos conspiran contra el débil y decadente Gobierno zarista en Viena y Praga, María Tranowska venía al mundo en el seno de una familia aristocrática, los O¨Rourke, descendientes lejanos de la reina de Escocia María Estuardo en 1877. A los 8 años María se queda ciega a causa de un ataque de sarampión y no recuperó la vista hasta los 12 años. Cuando lo hizo, juró vengarse del destino. Un tío suyo le dijo: "Bastará que esos ojos que Dios ha intentado velar se posen sobre alguien, para que caigan rendidos a tus pies. Entonces, ellos serán los ciegos, porque hay algo que ciega por igual a todos los hombres: el amor".
Unos años más tarde, viendo el afecto que la belleza de María tenía en los hombres de su entorno, el patriarca de la familia decide casarla pero ella rechaza el matrimono de conveniencia y se fuga conel vividor y mujeriego conde Vasili Tarnowski. Este impresentable introduce a la muchacha en el mundo de las fiestas descontroladas, las drogas, las orgías sexuales y el sadomasoquismo sin que a ella le mosqueara tener que dar a luz en la bañera de un hotel mientras su marido retoza con sus amantes. Los Tarnowski están presentes en la coronación del zar Nicolás II en 1896, la Exposición Universal de París de 1900 con la electricidad como atracción y el baile de máscaras del Palacio de Invierno con motivo de la llegada al poder hacía 290 años de la Dinastía Romanov.
Para 1905 el matrimonio ya estaba roto. María le reprochaba a Vasili sus infidelidades constantes. Vasili estaba harto de dar la cara por su esposa cuando sus coqueteos provocaban un duelo entre sus pretendientes o su cuñado, un adolescente de 16 años, se suicidaba ante el hecho de que jamás podría tenerla.
La gota que colmó el vaso fue la relación de María con el oficial de la Guardia Imperial Aleksei Bozevski. Vasili decidió acabar con el asunto pegando un tiro al insolente y correspondidísimo oficial en medio de una fiesta en Kiev. No los mató en el instante, pero lo dejó herido de muerte. Un tribunal absolvió al conde Tarnowski al considerar que María había tirado de la cuerda de un modo insoportable para el honor de un caballero. Murió un año más tarde.
Entretanto, María Tarnowska había perdido la custodia de su hija y se había hecho adicta a la morfina y a la cocaína. Se había enamorado del abogado Prilukov, que llevaba el asunto de su matrimonio. María lo corrompió de tal modo que lo echaron de la Escuela de Abogados por desfalco y malversación. Entonces ella lo aparta un poco para poder maniobrar para casarse con el recién enviudado conde Kamarowski.
Tras la boda con Kamarowski la pareja se instala en Venecia, el lugar donde ya hay una comunidad de aristócratas rusos exiliados. Ventean la revolución y el fin de sus privilegios.
Prilukov reaparece exigiendo una cantidad para poder compensar el final de su carrera y el abandono de su familia. Tarnowska decide que la obtendrá si accede a matar a Kamarowski. Entonces el conde le presenta a su mejor amigo, el traductor de Turgueniev al francés y de Badelaure al ruso, Nikolai Naumov.
María corrompe a Naumov, que ya tenía inclinaciones masoquistas. Le marca el pecho las letras del nombre de ella con un cuchillo y la apaga en el cuerpo carísimos cigarrillos perfumados. Le promete sexo si accede a matar a Kamarowski el 4 de septiembre de 1907.
Ese día, Naumov, siguiendo instrucciones del ex abogado Prikoluv, se coló en el Palazzo Maurogonato y mató de cuatro disparos al conde Kamarowski. Fue capturado una horas más tarde en la estación de tren de Verona. Confesó ante los carabinieri e inculpó a sus dos complices, que fueron detenidos.
En marzo de 1910 fue el famoso "juicio de los exiliados rusos". Se llamó a 250 testigos y se echó mano del psicoanálisis. Los psicoanbalkistas distaminaron que las circunstancias difíciles del parto de su primer hijo, lo que terminó por envenenar su sangre. Los defensores mostraban a Tarnowska ante la prensa como una vícitma de una sociedad incapaz de aceptar que una mujer disfrutase de su libertad y de su sexualidad. Los acusadores de la Fiscalía la mostraban como una especie de Mesalina de la Belle Epoque, solo buena para conspirar contra los hombres con los que se acostaba.
La condesa Tarnowska fue condenada a ocho años de cárcel. Sus padres le enviaban a la cárcel dinero que gastaba en libros, revistas, dulces y otros lujos que las demás presas no tenían. El ex abogado Prilukov fue condenado a diez años. Naumov fue condenado a solamente tres años porque se tuvo en cuenta la mella que hicieron en su mente las drogas y el alcohol así como su masoquismo preexistente, que la relación con María Tarnowska no hiizo mas que empeorar. Es la primera vez que las adicciones servían como atenuante.
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