LOS PACIENTES DEL DOCTOR GARCÍA (RTVE)
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"La señorita Clara Stauffer ganó la travesía a nado de la laguna de Peñalara. La chica - a quien llaman Clarita. ríe con gracia rubia, pueril, atractiva", escribe un periodista del semanario Crónica en agosto de 1931. La misma fuente cuenta que la muchacha es hija de alemanes, pero ha nacido en España y se siente española.
Clarita nada, patina y corre por verdadero sport, como ella misma declara. También es campeona de esquí. Habla cuatro idiomas. El español y el alemán los habla de forma cotidiana. Se maneja bien en inglés y francés. Ha estudiado Enfermería, es una experta en música clásica, es una competente eejdrecista y tiene buenos contactos. Su padre vino a España como maestro cervecero en la fábrica de Mahou y se casó con Julia Loewe, hija del fundador de la marca de modas Loewe en España.
Todas estas habilidades dignas de una chica del Renacimiento - o de una chica adoctrinada en Alemania por la BDM- harán de ella una falangista convencida y la responsable de una de las redes clandestinas dedicadas a sacar de Europa a países neutrales a criminales nazis y fascistas.
La difunta escritura Almudena Grandes habla de su figura en la novela LOS PACIENTES DEL DOCTOR GARCÍA tras ver una fotografía de Clara Stauffer como ganadora de una competición de natación. "Era moderna, liberada y fascista, muy trabajadora. Se entregó en cuerpo y alma a una causa que era... el Mal".
A Clara Stauffer el levantamiento de los fascistas contra la República la pilla en Alemania pero regresa de repente y se pone a trabajar en el Auxilio Social de la Falange Española. Hablaba en la radio, organizaba, daba órdenes a otras mujeres, decidía. "En la Sección Femenina no existía nadie como ella", explica José Luís Rodríguez Jiménez, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Rey Juan Carlos y autor de BAJO EL MANTO DEL CAUDILLO, NAZIS, FASCISTAS Y COLABORACIONISTAS EN LA ESPAÑA DE FRANCO (Alianza Editorial), de próxima aparición.
Durante la Guerra Civil Española Clarita Stauffer es la jefa de Propaganda de la Falange. Tras la Segunda Guerra Mundial se dedica a dirigir y gestionar una red de pisos francos y falsificación de documentos destinada a esconder a prófugos de la justicia internacional aliada como León Degrelle, el político colaboracionista belga, o el jefe de comandos Otto Scorzeny.
Las autoridades aliadas habían advertido a los países neutrales como España que debían entregar a los prófugos nazis, y Franco es muy ambiguo con todo esto. Entrega a la mayoría pero se guarda ases en la manga como dar identidad falsa a León Degrelle.
A diferencia de lo que podemos leer en la novela de espías de Frederick Forthsyte ODESSA, las líneas de ratas tras la Segunda Guerra Mundial no estaban tan centralizadas ni organizadas, por lo que paradójicamente, eran efectivas", cuenta el profesor de Historia Global Pablo del Hierro, de la Universidad de Maastrich.
Clara hace colectas en favor de los que iban siendo interceptados, intercede ante las autoridades por los que están recluídos en las cárceles de Nanclares de Oca y Miranda del Ebro, hace de interprete para ellos y les proporciona pisos francos, documentación falsa y trabajo en España.
En su piso de Madrid, Clarita recibe a los prófugos y les da ropa. Uno de ellos, que se hace pasar por oficial de la Luftwaffe, le saca los ahorros tras seducirla. Decía que necesitaba ese dinero para empezar una vida en común con ella en Argentina, pero lo cierto es que Kurt Oesau, como se hacía llamar, no volvió a dar señales de vida cuando tuvo los pasaportes falsos y el dinero, según contó en 2013 su sobrino Enrique Mahou Stauffer.
Clarira Stauffer ayuda a 800 prófugos a escapar de la justicia penal internacional, entre ellos León Degrelle, con quien es posible que mantuviera un idilio. Ottot Scorzeny, el coronel de las S.S que rescató a Mussolini en 1943 de manos aliadas en la fortaleza del Gran Sasso; los croatas Ante Pavelic, lider de la Ustacha, Vjekoslav Lubiri, criminal de guerra que terminó sus días asesinado por un agente de los servicios secretos yugoslavos en Carcagente (Valencia). Durante los años 1960 hay una activa comunidad alemana de nazis en Denia que organizan fiestas con toda la parafernalia nazi a la vista mientras las autoridades lo toleran o hacen que no se enteran. Pero la mayoría dejó Europa y se instaló en Argentina, Uruguay, el norte de África e incluso los Estados Unidos.
El Consejo de Control Aliado presenta en el Pardo una lista con 104 nombres de personas que debían serle entregadas por sus actividades al frente de estas líneas de ratas o como protegidos, entre ellos Clarita Stauffer, la única mujer de la lista. Franco tendría mejores cosas que hacer porque Clara muere en 1984 en Madrid, sin rendir cuentas ante un tribunal penal internacional. En 1974 había vuelto a cruzar a nado la laguna de Peñalara. Ganó por segunda vez en la categoría de veteranos.
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