martes, 25 de junio de 2019

Mikháil Kalashnikov.

Soñaba con diseñar cosechadoras. Sin embargo, diseñó un arma casi perfecta: el AK-47, un fusil bastante barato. sencillo y eficaz que ha matado (y mata) a cientos de miles de personas. No es eso lo que quería su creador, Mikháil Kaláshnikov, el hijo de unos campesinos deportados a Siberia por Stalin.

Poco antes de morir, Kaláshnikov confesó que cuando empezó a estudiar ingeniería lo único que quería era facilitarles la vida a los campesinos que vivían en la aldea Kurya, en la región de Altai, en Siberia.

Mikháil nació en esa aldea el 10 de noviembre de 1919 hace ahora unos 100 años. En 1930 Stalin consideron que los Kalasknikov eran propietarios rurales acomodados y los envió a la región de Tomsk, más al este, en un esferzo por colectivizar las tierras y hacerlas más productivas.

Kaláshnikov hace el Servicio Militar en el Ejército Rojo y, en pleno 1938, cursó estudios en la Academia de Tanquistas de Kiev, donde diseña accesorios prácticos para los carros de combate como un contador de balas o una bocacha apagallamas, así como un eliminador de destellos que permitía disarar la pistola TT 33 desde el interior de un blindado sin miedo a que el carrista de combate se deslumbrara con el fogonazo.

En la Gran Guerra Patria Kalashnikov fue herido de gravedad en la batalla de Briansk. Durante su convalecencia escuchó a algunos soldados de infanteria comentar entre ellos que muchos compañeros estaban también heridos o muertos por la escasa fiabilidad y el incómodo retroceso de los fusiles que entregaba el Ministerio de Guerra.

En 1945, Kalásnikov ideó el legendario AK 47, que es el único de los inventos militares que se sigue utilizando en las guerras actuales. En 1947 empieza a fabricarlo en serie en la fábrica de Izhevsk, donde el joven es tanquista es ascendido a ingeniero jefe. Años más tarde recibe una carta del presidente de Mozambique asegurando que su país ha conseguido la libertad con la ayuda de esos fusiles tan prácticos y resistentes.

Dolido por las críticas que aseguraban que Kaláshnikov no había creado un arma al servicio de la paz sino algo con lo que se cometían atentados terroristas, como los de las Olimpiadas de Múnich de 1972, y se perpetuaban régimenes tiránicos, él dijo que había creado el AK 47 para todo lo contrario y que no era culpa suya si todos los matones del Tercer Mundo ahora parecían tener uno.

En 2009, el presidente ruso Dimitri Mendédev lo nombró Héroe de Rusia, el título hornorífico más importante del país.

El Ak 47 era tanto usado por los rebeldes afganos o los guerrilleros afar en las arenas del desierto como por los paramilitares colombianos en la humedad de la selva. Los modelos originales casi nunca fallaban. Lo mismo que las versiones modernas, muchas fabricadas en China, Polonia, Irak o Israel.

"Conocí al ingeniero que diseñaba el modelo israelí. El tipo se ha hecho de oro. Yo solo vivo con una pensión estatal. En tiempos de Stalin no pensábamos en patentes ni en reconocimiento. Simplemente nos preguntábamos si esa nueva arma mantendría a salvo al soldado soviético. Lo hacíamos por puro patriotismo".

Se estima que en 2019 hay entre 70 y 100 millones de unidades de diversas versiones que están en el armero de más de 50 países, así como en el arsenal de más de una organización criminal a causa de su resistencia y precio económico barato. Si las dos bombas atómicas detonadas en Hiroshima y Nagasaki mataron a 200.000 personas en dos mañanas, los AK 47matan cada año el msmo número de personas.

Mikháil Kalasnikov murió en 2013, a los 94 años. Poco antes de su muerte la había escrito al Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa si Dios le consideraría responsable de las muertes que había causado su invención. El patriarca le respondió: "Cuando las armas sirven para proteger a la patria, la Iglesia apoya tanto a sus creadores como a los soldados que las utilizan". Debió ser un consuelo para un ortodoxo devoto que se consideraba a sí mismo como un siervo de Dios.

Kaláshnikov fue dos veces Héroe de la Unión Soviética y Caballero de la Orden de Lenin. Los egipcios levantaron un monumento gigante con una estatua suya en la Península del Sinaí; hay otra estatua en el centro de Moscú. Los fusiles AK 47 están presentes en las banderas deMOzambique y en el escudo de Zmbabwe, Timor Oriental y Burkina Faso (de 1984 a 1997). Con un Ak 47 se defendió de los golpistas de Pinochet y se suicidó el presidente de Chile Salvador Allende

En Europa se puede adquirir un Kaláshnikov por 450 dólares y en Mozambique por apenas 20. Nuevos y engrasados. También cuesta 20 dólares uno de segunda mano en un rastrillo de una zona rural de Afganistan, listo para el combate.

Aunque el disparo tiende a desviarse hacia la izquierda, con lo que no es preciso, sus mecanismos permiten al cmbatiente usarlos de modo automático o en ráfagas cortas.

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