El fin de la Primera Guerra Mundial marcó el inicio de la aviación comercial en España. Al año siguiente, en 1919, despegó definitivamente. Una exposición de fotografías rePasa ese siglo de historia.
Los primeros pasajeros fueron las sacas de correo. Hoy los pasajeros que utilizan los aeropuertos españoles se cuentan por millones, pero en 1919 los aviones no llevaban más pasaje a bordo que los tripulantes a los mandos. El inicio de la aviación civil en Europa está ligada al servicio postal.
La Primera Guerra Mundial fue la primera que impulsó el desarrollo de los aviones, pero una vez acabada la contienda a muchos pilotos militares les fue muy difícil ganarse la vida con lo que habían aprendido sobrevolando las trincheras. La sociedad civil les dio una segunda oportunidad.
La primera línea regular que surcó el espacio aéreo español fue la francesa Aéropostale, una compañía de correo aéreo en la que volo Antoíne de Saint Exúspery, el autor de EL PRINCIPITO, así como pioneros del aire de la talla de Mermoz. Dado el tamaño de las aeronaves empleadas, no tenían mucha autonomía de vuelo y tenían que hacer escala en Barcelona, Alicante, Málaga y Casablanca antes de llegar a las colonias francesas.
Los primeros aeródroos eran pistas de piedras que se aplanaban y se vaciaban de cantos rodados a mano para evitar un accidente o le perdida de material. Para despegar, los pilotos tenían que orientar el avión con el viento, ya que el radar y el GPS no existían y las torres de control eran muy rudimentarias.
En los años treinta se contruye la primera terminal de Barajas, un barracón sencillo. El hormigón y el asfalto no llegaría a las pistas de aterrizaje hasta 1944.
Los españoles empezaron a gestionar líneas de correos postales en los años 20. En 1920 se intenta crear el enlace Barcelona- Palma de Mallorca en hidroavión, pero el proyecto no cuaja. Más éxito tuco la Compañía Española de Tráfico Aéreo (CETA) que transportaba cartas entre Sevilla y Larache.
Ocasionalmente se encajonaba entre las sacas postales uno o dos pasajeros pero esto era muy raro, ya que la Compañía cobraba al Gobierno de Primo de Rivera seis pesetas por kilómetro volado.
La primera línea de pasajeros civiles no surgió hasta 1925 y se mantuvo hasta 1929. El 14 de diciembre de 1927 se pone en marcha la compañía Iberia,con la presencia del rey Alfonso XIII. El problema es que el piloto no pudo ser debidamente agasajado por completar el eje Madrid-Barcelona porque tuvo que aterrizar de emergencia en Soria.
En 1974, la Subsecretaria de Aviación Civil aprobó el proyecto llamado de Servicios Especiales Madrid -Barcelona. Pero volvamos a la época inmediatamente anterior a la Guerra Civil. Los primeros pasajeros no pasaban de la decena, el vuelo de tres horas y media costaba 163 pesetas; 300, si el trayecto era de ia y vuelta. Se pesaba a los pasajeros antes de embarcar. Era necesario para no desequilibrar el avión. Hoy, el peso del pasaje todavía se tiene en cuenta pero se siguen a rajatabla las recomendaciones de la Compañía Europea de Seguridad Aérea.
A los pasajeros se les servían manjares difíciles de encontrar en los colmados de la época (1927) como los zumos de naranja. Pos similitud con los jinetes y pilotos militares el pasaje embarcaba por la izquierda, quizá porque era muy difícil subirse a un caballo llevando un sable en el costado derecho.
En los años 20 y 30 el público asistía a espectáculos de acrobacia aérea, donde los pilotos acuciados por las deudas, hacían cosas como jugar al tenis desde las alas de un biplano. Juan de la Cierva probó su autogiro delante de numeroso público entre Getafe y Cuatro Vientos, una base militar madrileña. Heraclio Alfaro era vitoriano. Construyó un monoplano en 1919 y alzó el vuelo delante de 25.000 espectadores.
Muchos intrépidos se acercaban a las exhibiciones aéreas para conseguir un paseo en aeroplano, tras el cual se les acreditaba con un diploma y una fotografía. Son precisamente estas imágenes junto con muchas otras el plato fuerte de la exposición !VOLAR! 100 AÑOS EN EL CIELO, que Photoespaña y la Fundación Enaire han puesto en marcha para commemerar los 100 años en España de aviación civil.
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