domingo, 8 de septiembre de 2019

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS.(1991)

Esta película nos muestra a unos profesionales muy escasos ( en todo el mundo no llegan a las 20 personas) que se encargan de analizar las escenas del crimen allí donde las víctimas han sido manipuladas o se han hecho escenificaciones con los cadáveres. También se encargan de investigar si los crímenes son especialmente violentos y siguen un patrón repetitivo. Clarice Sterling ( interpretada por Jodie Foster) es una profiler ( una perfiladora) del FBI.

Los perfiladores tienen que formarse y solicitar a menudo la ayuda de delincuentes encerrados por delitos en serie. Y Clarice tiene que recurrir al psicólogo caníbal Annibal Lecter (Anthony Hopskins), un von vivant que celebra la visita de un hombre del fisco comiéndose su hígado con un buen chianti.

A pesar de que Lecter no da la información a cambio de nada, parece que sí quiere hacer algo por Sterling, ya que le ayuda a esta a superar un trauma del pasado. Por lo visto se crió en una granja y una vez trató de salvar a un cordero atrapado en un granero en llamas. No lo logró.

Lecter le ayudará a atrapar a un asesino en serie llamado Jame Gumb. Este, tras una infancia de maltrato, quiere convertirse en una mujer y lo intenta secuestrando mujeres, desollándo sus pechos y genitales, que luego coserá a sus ropas. En esto está basado libremente en el psicópata Ed Gein que desenterraba cadáveres para hacerse ropa con su piel, también por influencia de una madre abusiva.

La mayoría de los asesinos encerrados colaboran con los perfiladores del FBI. Se explayan con datos, trazan esquemas, son cordiales...Está encerrados con condenas largas, muchos de ellos en el corredor de la muerte. Colaborar con el FBI en un caso a cambio de pequeños privilegios les hace sentirse dentro del sistema todavía. Aunque al final del día, los celadores de la cárcel cierren las puertas y resulte que la sociedad se quedó muy atrás, si alguna vez llegó.

Nota:

Un asesino en serie como Annibal Lecter es imposible psicológicamente. La mayor parte de los asesinos en serie son unas personas cutres, sin herramientas ni habilidades sociales, que cometen sus crímenes por ignorancia o por quitarles a los demás aquello que no pueden conseguir ellos mismos de una manera legítima, ya sea sexo o el poder. Annibal Lecter, su fuera real, jamás hubiera devorado a nadie. Habría hecho otras cosas, igualmente discutibles, pero no matar ni comerse los cuerpos.

Para ver:

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