martes, 15 de octubre de 2019

Antes de la CIA...

Los orígenes del espionaje en los Estados Unidos se remontan a su guerra revolucionaria (1775-1781). El general Washington era consciente de la necesidad de conocer la composición de las fuerzas británicas y los movimientos de estas. Pero también era consciente de que el Ejercito Continental estaba infiltrados por espías de la metrópoli, así que usó el engaño u la mentira para intoxicarles inventando documentos oficiales que hacía llegar a los generales enemigos por medio de los topos que tenía localizados.

Para conseguir información sobre los casacas rojas recurrió al "Anillo Culper", una red de espías civiles radicada en Nueva York. La información que obtenían se la enviaban al comandante Benjamin Tallmadge, que se la remitía a Washington. Con arreglo a la información recogida, Washington marcaba objetivos a las tropas rebeldes.


El siguiente paso importante lo dio Allan Pinkerton, el jefe de la agencia de detectives homónima. Era un escocés que emigró a los Estados Unidos en 1842 y se instaló en Chicago. Tuvo éxito tras la Guerra de Secesión (1861-1865) cuando acabó con la banda del pistolero asaltante de trenes Jesse James.

Durante la Guerra de Scesión Pinkerton usó técnicas como el seguimiento de sospechosos o la creación de personalidades falsas para que los investigados no se apercibieran de que estaban en la punta de mira de una pesquisa.

Los historiadores coinciden en afirmar que su gestión de las redes de espionaje de la Unión tenían más de fracaso que de otra cosa. Pinkerton tendía a exagerar las fuerzas de los confederados, triplicándolas, y echó mano de la imaginación para redactar en sus informes lo que sus superiores querían leer. La Unión vencíó pese a estas intoxicaciones.


En 1882 se creó la Oficina de Inteligencia Naval y en 1885 la División de Inteligencia Militar. Ambas mantenían una vinculación con el Departamento de Estado, pero aún así el presidente no recibía información sobre sus resultados de forma periódica.

En 1908 se crea la Oficina de Información, más tarde reconvertida en el actual FBI. Todavía no controlaba la seguridad interior del país, incluyendo la contrainteligencia tendente a evitar la actuación en suelo de los Estados Unidos de los enemigos del país.

Antes de la llegada al poder de Franklin Delano Rooselvelt los departamentos de Inteligencia no solían aceptar mujeres ni civiles. Tampoco compartían información entre ellos. Pero el 7 de diciembre de 1941 los japoneses atacan la base naval de Pearl Harbour asestando un puñetazo en el estómago a la confianza de los estadounidenses. En junio de 1942 se creala Oficina de Servicios Estratégicos,la OSS.

La OSS reclutó una cuarta parte de su personal entre los civiles con preparación universitaria, especialmente de Yale, por lo que los profanos solían referirse a la organización como el campus. Se reclutaron más de 1.000 mujeres en condiciones de igualdad de responsabilidades y riesgo físico que sus compañeros.

La O.S.S. tuvo éxito en el desencriptado de las claves japonesas y nazis, pero la rapidez con la que contrataba personal la hicieron vulnerables. Aunque los nazis no lograron infiltrarla, los soviéticos pusieron en ella a sus topos a trabajar, entre ellos Duncan C. Lee, el ayudante personal de William J. Donovan, el militar a cargo de las operaciones.

Donova colaboró con la Operativa de Operaciones Especiales ( el S.O.E.) en la infiltración de agentes saboteadores en la Europa ocupada por los nazis. Los británicos adiestraban a los agentes norteamericanos, los lanzaban en paracaidas en territorio hostil y los recogían. La idea era localizar los puntos vulnerables de las instalaciones de los nazis, sabotearlos y desaparecer justo a punto para otro sabotaje en un punto alejado del anterior.

También creó la Sección de Análisis y Desarrollo en la que los expertos ilitares dirigían un conglomerado de espcialistas de varias ramas del conocimiento como economistas, geógrafos, diplomáticos o historiadores. Estos decidieron en 1944 bombardear primero las fábricas de aviones alemanas y después atacar los depósitos de combustible para reducir las posibilidades de un ataque de largo alcance por parte de los nazis ante el avance de los aliados hacia el sur de Alemania.

La O.S.S.fue la responsable de la Operación Paperclip, una fuga de cerebros de científicos y técnicos que trabajaban para los nazis y querían poner sus conocimientos al servicio de los Estados Unidos. Muchos antiguos militares nazis se ofrecieron a ayudar a los estadounidenses contra los comunistas.

Pero la O.S.S. era un servicio creado para una guerra tan concreta como la Segunda Guerra Mundial en Europa, no para la paz. El 1 de octubre de 1945 el presidente Truman la disolvió. Crearon una agencia llamada Unidad de Servicios Estratégicos. Más tarde se crearía el Grupo Central de Inteligencia y finalmente se creó la Agencia Central de Información, la actual CIA, con el objetivo de contrarrestar la influencia comunista en el mundo. En 1948 el Consejo de Seguridad Nacional aprobó que la CIA pudiese operar en suelo extranjero, siempre que la Casa Blanca tuviese siempre la oportunidad de negar oficialmente su implicación.

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