jueves, 10 de octubre de 2019

¿Colaboró con los nazis el papa Pío XII?

El Papa Francisco ha anunciado que va a abrir los archivos vaticanos relativos a Pío XII. Esto amenaza con reavivar la polémico sobre su silencio y su ambigua actuación ante el horror nazi.

Todos estan pendientes de las radios el 24 de diciembre de 1942. El Papa Pío XII va a hacer su discurso navideño para la cristiandad. A estas alturas todos son conscientes de que el régimen nazi es perverso y persigue a todos los que no puede instrumentalizar para sus propósitos por su opción religiosa, sexual, estado de salud mentalo física o ideología política. Hace un año, unos jerarcas nazis se han reunido en una villa en Wansee para activar la eliminación sistemática de los judíos europeos.

Pío XII habla de "los innumerables muertos que yacen sepultados en lo campos de batalla", "al doloroso e interminable cortejo de madres,viudas y huérfanos", "a los innumerables desterrados que el huracán de la guerra ha arrancado de su patria y ha dispersado por tierras extrañas", y ya, a punto de terminar habla de: "Los cientos de miles de personas que, sin culpa propia alguna, a vecessolo por cuestiones de nacionalidad o de raza, se ven destinados a la muerte o a un progresivo aniquilamiento". Este comunicado descafeinado no menciona a los judíos por su nombre, tampoco a las autoridades de Alemania no tampoco al nazismo". Los millones de afectados por las crueles condiciones del sistema de campos de concentración nazis quedan reducidos a cientos de miles.

En la Encíclica del 20 de octubre de 1939, no obstante, Pío XII había puesto su mirada en los dictadores totalitarios que estaban surgiendo como setas en Europa, "una hueste in crescendo de los enemigos de Cristo". Pío afirmó que ya no cabía hacer distinciones entre gentiles y judíos, intentando desligitimar cualquier discriminación social y a quienes la hicieran posible.

Eugenio María Giuseppe Pacelli fue Papa entre 1939 y 1958. Giorgio Gariboldi, en su libro PÍO XII, HITLER Y MUSSOLINI diría de este Papa que "era prisionero de su miedo, pues estaba atormentado por la convicción de que una condena suya provocaría más reacciones despiadadas por parte de Hitler. Una eventual protesta suya hubiera sido el comienzo de la agonía de tantos rehenes inocentes en manos de los nazis". En 1940 los alemanes habían invadido Holanda y comenzaron a deportar judíos. El clero holandés protestó energicamente, así que los galeuters les dijeron que si cesaba el alboroto respetarían la vida de los judíos que se convirtieran al cristianismo. Como no cejaron las protestas y condenas, hubo represalias contra católicos por parte de las S.S.

Según los apologistas de Pío XII, la mesura diplomatica permitió la neutralidad de la Iglesia católica, habida cuenta de que muchos alemanes también eran católicos. Esto dejaba las manos libres a los arzobispos de actuar de forma clandestina e intermediar entre ambos bandos cuando hiciera falta. Suelen enumerarse los monasterios o conventos empleados por la Iglesia para proteger a los perseguidos, los miles de pasaportes y certificados de bautismo expedidos por la nunciatura en los países ocupados y la intervención de los obispos para impedir, o por lo menos estobar, en las deportaciones.

El 8 de abril de 1941, a las 11:30 de la noche, el nuncio apostólico de España telegrafió desde Madrid a Roma para dar a conocer a Pío XII que el ministro de Exteriores franquista Serrano Suñer estaba dispuesto a entrar en guerra al lado de Alemania.Suñer anhelaba recuperar Gibraltar, en manos británicas y expandirse por el norte de África, en detrimento de las colonias francesas. Doce días después el Nuncio informaba de que Serrano Suñer había colocado tropas cerca de los Pirineos y en cuarteles cercanos a Gibraltar.

Es decir, que Pío XII tenía medios para conocer las realidades del Holocausto, de haber querido. Cualquier miembro del clero era un informante en potencia. También había que contar con nazis católicos con problemas de conciencia que filtraban documentación y testimonios acerca de atrocidades en las que habían estado presentes, o de las que tenían conocimiento.

Lo más asombroso es que Pío XII permitiera a los curas católicos colaborar e incluso participar en los prógromos del Gobierno de Ante Pavelic contra judíos y serbios. Pavelic prohibió el alfabeto cirílico mietras las bandas de ustachas, milicianos de extrema derecha mataban ortodoxos serbios y quemaban iglesias.

Las cifras son estremecedoras: medio millón de serbios ortodoxos muertos, 27.000 gitanos y 30.000 judíos asesinados en campos como el de Jasenovac.Los reesidentes israelíes en Suiza y el Congreso mundial judío protestaron energicamente ante el Papa ya que se trataba de usar como estandarte de exterminio y limpieza étnica la religión católica pero solo recibieron de Pío XII buenas palabras

Pío XII jamás excomulgó a un dirigente nazi o fascista salvo a León Degrelle, el líder fascista belga, y eso después de que este agrediese a un sacerdote.

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