A mí me encanta bailar e iba mucho a la discoteca. Pero, cuando la gente está borracha, no se sabe lo que puede pasar. Una noche un chico se obsesionó conmigo y quería que bailara con él todo el tiempo. Menos mal que iba con unos amigos y nos fuímos. A mí me encanta bailar música latina pero con estas situaciones de acoso, te da reparo desentenderte de todo y bailar. Llevo un año sin ir de discotecas.
En otra ocasión, en una discoteca muy conocida de Barcelona, nos acosó un chico que iba "fumao". Iba con una amiga y un desconocido que nos vió muy apuradas por no saber librarnos de el, nos ofreció subir al VIP. Subimos pero ahí se complicaron las cosas. El desconocido era un señor mayor de 40 años, pero el problema no lo tuvimos con él sino con su compañero. Estaba borracho, se obsesionó con mi amiga e incluso le tocó las tetas. Mi amiga también había bebido lo suyo y no estaba con todos sus sentidos.
Los de seguridad no intervinieron. Al VIP suelen subir personas con dinero y se llevan allí a chicas de compañía. Piensan que si nos pasa algo malo allí, es un riesgo calculado por parte de nosotras. Y que correr el riesgo nos compensa. Así que no intervienen nunca. Cuando vi que el chico la cogía, reaccioné rápido y la saqué de allí, pero fue muy violento.
Hay que cambiar muchas cosas, y por encima de todas, hay que sacarse de la cabeza esa tontería del amor romántico, mas propia de princesitas de Disney que de personas reales. Es mejor centrarse en el amor propio.
Al final todas estas historias en la cabeza dejan a chicas de mi edad traunatizadas con estupideces. ¿Qué tienes un pelo? !Claro, eres una mujer, no una muñeca!
No sé si esto va a cambiar en algún momento. La gente a la que se ha acusado de violación en Hollywood era poderosa cuando perpetraron el acoso sexual. Los han denunciado cuando estaban al final de su carrera. Da mucho que pensar, ¿verdad?
Y siempre hay que andarse con ojo. Hay gente que parece muy normal y de repente salta Mister Hyde. Nos queremos hacer las fuertes. Nos decimos: "Voy a hacer lo que quiera, ir con quien quiera". Pero hay que tener cuidado.
CRISTINA. 33 AÑOS. ADMINISTRATIVA. TRES HIJOS.
De niña hice kárate. Lo retomé para saber cómo defenderme, para no bloquearme si me pasara algo.
Trabajaba como administrativa. Ahora me he tmado un tiempo libre para poder educar a mis hijos. Tengo un hijo con mi marido. Los otros dos son de una relación anterior.
A los 20 años salí con un chico. Al principio todo iba bien, pero pronto dio muestra de estar obsesionado conmigo. En las discusiones se ponía superloco. Y las cosas iban a peor.
Así que un día le dejé. Empezó a seguirme con el coche, insistía en recogerme del trabajo, dormía en el rellano. Empezó a decirme que me iba a matar, o que se iba a matar él. Pensé en denunciarle, y lo hice. Pero mientras me decidía me devanaba los sesos pensando dónde estaba el límite. Cuándo era válido decir basta.
Si te quieres matar, hazlo, pero no me uses como excusa. Tampoco vas a poner en peligro mi vida. Tuvimos un juicio y conseguí una orden de alejamiento. La policía me dió un teléfono de protección. No volví a saber de él. Es muy duro tener que tomar estas medidas con alguien a quien has querido, pero antes de querer a nadie, me quiero yo.
En todo esto es muy importante la comunicación. Educar no es facil. Mi hijos mayores ya se lo saben, pero al pequeño todavía le cuesta decir que no. Mis tres hijos son varones. A veces pienso que si tuviera una hija tendría más miedo.
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