El intercambio, de Clint Eastwood (2008).

J. Michael Straczynski, uno de los guionistas de este filme recibió el soplo de que estaban quemando los archivos del Ayuntamiento de Los Ángeles del Departamento de Binestar Social y que había un documento que tenía que ver. Entre los papeles que se salvaron estaban los informes policiales de un caso en que se vió envuelta la supervisora de telefonistas Christine Collins y su desaparecido hijo Walter, de 9 años.

En 1928 Los Ángeles esta gobernada por el alcalde Crye que se apoyaba en el jefe de policía James Dos Pistolas Davis y su subalterno J.J.Jones. El lema de Davis era; "No me traigaís a los pistoleros vivos. Traedme sus cadáveres. El policía que muestre piedad sera expedientado". Utilizados como infantería privada del alcalde, los inspectores de Policía empezaron a aterrorizar a los ciudadanos corrientes y a no resover la mayor parte de sus casos.

Christine Collins era una madre soltera que reclamó la desaparición de su hijo Walter, por el que el subjefe de Policía Jones no mostró interés en encontrar. Mientras tanto,un muchacho de gran parecido físico, Arthur Hutchins, se escapó de casa y decidió que Christine le pagaría un viaje a Los Ángeles y lo alimentaria, bajo la esperanza de encontrarse con el actor de películas del Oeste Tom Mix.

Christine reclamó que Hutchins no era su hijo porque era cinco centímetros más bajo, algo que reiteraron su maestra y su dentista. Jones dijo que Cristine solo era una madre que quería desertar de sus responsabilidades como tal y sobrecargar a los Servicios Sociales de los Ángeles.

En Wineville, Sanders, el sobrino de 15 años del asesino en serie Nothcott, denunció a su tío Gordon, de 24 años, y a su abuela Louisa, por asesinar por los menos a cuatro niños, entre los que estaba el hijo de Christine. Christine no sabía nada de esto porque estaba encerrada en un psiquiatrico por culpa de la Ordenanza 12, que permitía ingresar a todas las mujeres que causaban problemas públicos a la Policía de Los Ángeles sin una orden judicial.

Los ciudadanos de la ciudad californiana, cansados de los pistoleros con uniforme y placa y de su ineficacia para protegerles de los problemas reales apoyaron a Christine. Se volcaron en el juicio para conseguir la destitución de Davis y Jones, así como en la condena a muerte por ahorcamiento en 1930 de Northcott. Su madre confesaría más tarde que fue ella la que mató realmente al chico Collins y pasó nueve años enla cárcel, cumpliendo pena de cadena perpetua. También dijo que en realidad era la abuela de Gordon Northcott, resultado de una relación sexual de su marido con una de sus hijas.

Aunque Christine nunca supo si su hijo estaba vivo o muerto porque los Northcott cambiaban continuamente de versión, lo buscaría hasta su muerte en 1964. Uno de los niños supervivientes afirmó que Walter había escapado con otros dos niños pero que había regresado para salvalro cuando se enganchó en los alambres de una ventana, pero que desde entonces no había tenido noticias suyas.

Para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=Xo-zJ2G1UF8