La promera acción de espionaje la llevó a cabe Fabio Ceso en 300 a de C, cuando se adentró en territorio etrusco para poder acceder a lugares en los que los diplomáticos romanos no habían estado. Consiguió que una ciudad etrusca, Camerium, se repensase sus alianazas y pactase con Roma.
La siguiente vez que sabemos de un espía este es Lucio Estauro, uno delos centuriones que tendría que informar sobre la disposición del campamento de Aníbal antes de atacarlo. Escipión enviaría a un grupo de diplomáticos oficial para llegar a acuerdos pero con ese grupo iría uno extraoficial de centuriones disfrazados de esclavos. Estauro ya era conocido, de haber participado en otras negociaciones con su uniforme de suboficial por los cartagineses, por lo que aceptó recibir una tande de azotes. Ningún hombre libre del 220 a de C persaría que los romanos serían capaces de azotar a un valioso informante si no se tratase solamente de un esclavo.
Estauro informó de la cantidad de construcciones de madera que había en el campamento cartaginés por lo que muchos legionarios lo atacaron con antorchas en cuanto tuvieron la oportunidad.
El siguiente espía fue Artemidoro,un patricio que le dio a César la lista con los nombres de algunos de los conjurados que finalmente lo mataronde 23 puñaladas. Su sobrino adoptivo y sucesor, Octaviano, tomó nota y creó la guardia pretoriana, una especie de Servicio Secreto con la única labor de protegerle.
Trajano o Adriano crearon el cuerpo de los frumentarios, unos espías odiados por su brutalidad por los ciudadanos. Eran centuriones tradicionalmente encargados de proporcionar comida a las legiones, por lo que podían viajar por todo el Imperio Romano, mientras se dedicaban a sus otros encargos. Tenían carta blanca para arrestar sin juicio previo y para obtener la información mediante la tortura, pero lo cierto es que los emoperadores lo usaban para matar a la gente que les estorbaba. Cómodo lo usó para eliminar a un supuesto amante y Didio Juliano, que había comprado el cargo de emperador, empleó uno para intentar matar a Septimio Severo, para evitar que se levantase contra él. El frumentario fue descubierto y ejecutado.
Caracalla fue asesinado por no escuchar a los frumentarios, en especial a uno llamado Materiano. Materiano había descubierto un complot para matar al emperador por lo que le envio una nota explicándole el complot. Macrino, el jefe de las cohortes de Roma, descubrió que Caracalla no lo había leído todavía, ni era seguro de que lo hiciese, por lo que abrió el lacre, leyó la información, volvió a lacrar el rollo y lo devolvió a su remitente. Las cohortes de Roma estaban dentro de la conspiración y adelantaron los planes antes de que Materiano pudiese enviar un nuevo informe con más nombres comprometedores. Macrino fue el nuevo amo de Roma.
Diocleciano sustituyó a los militarizados frumentarios por los agentes in rebus, que eran civiles. Pero en la práctica nada cambió porque las detenciones arbitrarias y las torturas siguieron siendo los métodos favoritos de estos agentes para mantener en el poder a quien les pagara mejor.
Constancio II desmontó este cuerpo que pasó de 2000 agentes a solo 17.
En la ficción recomiendo leer las novelas de Lindsey Davis sobre el ficticio informante del emperador Vespasiano, Marco Didio Falco. Este es un plebeyo que tiene que escalar en la sociedad si quiere ser aceptado por la familia de su novia, Helena Justina, hija del senador Camilo Vero, y para hacerlo tiene que aceptar un encargo extraoficial tras otro.
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