26 de septiembre de 1960. Frank Mc Gee va a moderar en unos estudios de TV de Washington D.C. el primer debate electoral televisado entre el vicepresidente republicano Nixon, y el joven aspirante demócrata John Fitzgerald Kennedy.
Nixon ha estado dando discursos para su elección toda la mañana por lo que una vieja herida en la rodilla se ha resentido y suda al caminar. No se ha preparado el debate pero cree que lo va a ganar. Kennedy no es nadie. Solo un pequeño senador por Massachussetts, un héroe de la Segunda Guerra Mundial y uno de los analistas políticos más brillantes del momento. Pero nadie que le quite el sueño a Nixon.
El asesor del vicepresidente la dice que tiene poco que ganar y mucho que perder si se presta a ese juego. No deja que los maquilladores le disimulen el sudor. Se ha puesto una chaqueta gris, con lo que no destacará en las pantallas en blanco y negro. Pero, demonios, ¿quien recibió a Nikita Jruschov mientras el presidente Eisenhower estaba en el hospital? Nixon.
Kennedy ha estado tomando el sol por la mañana para parecer más saludable por televisión. Se ha puesto una chaqueta negra y está repasando las posibles respuestas del debate en tarjetones azules. Su hermano Bobby está con el.
En 70 por ciento de los televidentes, en una época en que mucha gente no puede pagar una televisión, y la radio es la reina de las poblaciones rurales, siguen el debate. Los que lo escuchan por la radio afirman que Nixon ha ganado el debate y que será el próximo presidente. Pero los que lo han seguido por televisión han visto algo distinto. De hecho, en noviembre de 1960 Nixon gana en 219 distritos electoraes frente a los 303 restantes de Kennedy.
De hecho fue tanta la tirria que cogió Nixon a las confrontaciones por televisión con los aspirantes demócratas que rehusó debatir con Barry Goldwater (1964), Hubert Humprey (1968) y ganó las elecciones de 1972 pese a haberse negado a debatir en los primeros televisores en color con George Mc Gobern. No habría debates televisados en campaña electoral en los Estados Unidos hasta 1972. Nixon contra Gerald Ford.
"Confiad plenamente en vuestro director de televisión. Dejadle que os ponga maquillaje incluso si lo odiáis, que os diga como sentaros o qué hacer con vuestro pelo. A mí me desamina. Detesto hacerlo. Habiendo sido derrotado una vez por no hacerlo, no volveré a cometer el mismo error".
RICHARD NIXON.
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